La libertad

La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres.
El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha.
Miguel de Cervantes

sábado, 16 de enero de 2010

El “obispo Munilla” y el “buen samaritano”

Evangelio según San Lucas:

Y entonces, un doctor de la Ley se levantó y le preguntó para ponerlo a prueba: «Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la Vida eterna?».
Jesús le preguntó a su vez: « ¿Qué está escrito en la Ley? ¿Qué lees en ella? ».
Él le respondió: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con todo tu espíritu, y a tu prójimo como a ti mismo».
«Has respondido exactamente, le dijo Jesús; obra así y alcanzarás la vida».
Pero el doctor de la Ley, para justificar su intervención, le hizo esta pregunta: « ¿Y quién es mi prójimo? ».
Jesús volvió a tomar la palabra y le respondió: «Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de unos ladrones, que lo despojaron de todo, lo hirieron y se fueron, dejándolo medio muerto.
Casualmente bajaba por el mismo camino un sacerdote: lo vio y siguió de largo.
También pasó por allí un levita: lo vio y siguió su camino.
Pero un samaritano que viajaba por allí, al pasar junto a él, lo vio y se conmovió.
Entonces se acercó y vendó sus heridas, cubriéndolas con aceite y vino; después lo puso sobre su propia montura, lo condujo a un albergue y se encargó de cuidarlo.
Al día siguiente, sacó dos denarios y se los dio al dueño del albergue, diciéndole: "Cuídalo, y lo que gastes de más, te lo pagaré al volver"
¿Cuál de los tres te parece que se portó como prójimo del hombre asaltado por los ladrones?».
«El que tuvo compasión de él», le respondió el doctor. Y Jesús le dijo: «Ve, y procede tú de la misma manera».
(Lucas 10, 25-37.)

Sustituyan al sacerdote o al levita por D. Ignacio Munilla y al judío apaleado por las víctimas de Haití, y tendrán la parábola actualizada.
Munilla pasa por delante del judío apaleado y lo ignora, (como mucho encarga a “los fieles” y a Cáritas que se encarguen de él) y sigue su camino a Jerusalén.
Podríamos pensar que esa actitud se debía a una pobre compasión y a una indiferencia al dolor, pero el significado va más allá. Nos lo ha aclarado el “ínclito” en su comunicado de aclaración que recogen hoy los medios de comunicación.
Es muy probable que ambos clérigos, al igual que Munilla, fueran rumbo a Jerusalén a oficiar en el Templo, en el caso del obispo a hacer “teología”.
Aquí debemos recordar que la ley judía establecía en aquellos tiempos que quien tocara un cadáver ensangrentado quedaría impuro hasta la noche y obviamente alguien impuro no podía participar de los rituales religiosos. Por esta razón, podemos afirmar que la actitud del sacerdote y el levita (Munilla), no es de impiedad ni de crueldad, sino que anteponen formalismos rituales a la misericordia y el perdón.
Según D. Ignacio, desde un punto de vista teológico, “el mal que sufren esos inocentes no tiene la última palabra, porque Dios les ha prometido la felicidad eterna”.

¡Por fin llegamos al “meollo” de la cuestión! ¡Saltó la liebre!

Este planteamiento de la “teología cristiana”, por cierto no compartido por muchísimos teólogos cristianos y católicos, de que lo que importa es la “otra vida” y que no importan las desgracias y sufrimientos que padezcamos en esta, si las ofrecemos a Dios, porque Él nos lo recompensará concediéndonos la gracia y su contemplación eterna tras nuestra muerte, está llevando a determinados elementos de la jerarquía católica a mantener barbaridades sin tino.

Que tu “esposo” te maltrata de palabra o de obra, aguanta que lo importante es que el sacramento del matrimonio es para toda la vida, y ofrece tu sufrimiento a Dios, que Él sabrá recompensarlo en la “otra” vida.
Que te violan y te quedas embarazada, no abortes que es pecado (y ellos además quieren que sea delito y vayas a la cárcel), ofrece a Dios tus sufrimientos y alcanzarás la “vida eterna”.
Que un “dictador”, eso sí, muy católico y de comunión diaria, te sojuzga, explota los recursos de tú país y te mantiene en la más absoluta de las indigencias, no importa, sufre en silencio, no te reveles ante la autoridad, que al fin y al cabo, lo es “por la gracia de Dios” y entrarás en el Reino de los Cielos.
Que un terremoto destruye un país, el más pobre del hemisferio occidental, y mata a cientos de miles de personas, no preocuparse demasiado; es mucho más grave la mala situación espiritual de España, y la persecución que sufre la Iglesia Católica en nuestro país por parte del gobierno ¿? y de algunos medios de comunicación.
Que se “legaliza” el aborto, los hombres tendrán mucho más fácil abusar de las mujeres, porque el sexo se banaliza y se facilita. (Obispo de Granada, dixit).
Que según afirman todas las agencias internacionales y ONGs del mundo, incluidas muchas de la iglesia católica, el SIDA es un problema que está matando a millones de africanos y la única medida eficaz es el uso del condón, mentira; según D. Ignacio Munilla, se contagian muchos más en Europa, por culpa de las facilidades para la práctica del sexo entre adolescentes y porque el condón no es un remedio eficaz (Benidictus XVI, dixit)

Resumiendo D. Ignacio: ¡cállese!

Todos oímos sus palabras en la SER, y dijo lo que dijo. Y cuando ha intentado arreglarlo, por cierto impresionante su imagen con la “pectoral” que le han regalado en Palencia, lo ha puesto peor, porque ha puesto de manifiesto lo que Jesucristo quiere denunciar en la parábola que inicia este comentario: que muchos jerarcas de la Iglesia católica anteponen, como hacen el sacerdote y el levita, la letra de la ley, al espíritu de la misma, y olvidan con facilidad el “amar al prójimo como a ti mismo”

3 comentarios:

  1. Lagu, eres un monstruo. Cada día estoy más de acuerdo con tus comentarios. No aflojes.

    ResponderEliminar
  2. Lo peor de estas declaraciones es que son un auténtico ejercicio de cinismo: ellos mismos no se las creen.
    En cualñquier caso, la culpa de todo la tiene este gobierno socialista que además de no atreverse a denunciar el concordato con el Vaticano, les aumenta las aportaciones del estado, a costa de los impuestos de "todos" los españoles, tanto de los que creen como de los que no. Les permite que sigan "adoctrinando" en las escuelas e institutos públicos, y encima les paga por ello.
    Sigue manteniendo una organización de militares castrenses, a los que paga y mantiene, sin quererse enterar de que una gran mayoría del actual ejército español, por lo menos las clases de tropa y marinería, no son católicos.
    Cada vez que un jerarca de esta iglesia visita nuestro país, las arcas públicas, estatales o autonómicas, corren con los gastos, y luego encima, como en el caso de la comunidad valenciana, nunca llegamos a saber cuanto nos cuestan.
    En fin, Lagunilla, que además de dedicarte a escribir en los blogs,(cosa que está muy bien y que me encanta) podías intentar convencer a los dirigentes de tu partido para que de una vez por todas hagan lo que tienen que hacer: CUMPLIR LA CONSTITUCIÓN y hacer que España sea de verdad un estado ACONFESIONAL.

    ResponderEliminar
  3. Lagunilla, ¿que tienes contra la Iglesia Católica? estoy seguro de que, como muchos de los de tu ralea política, eres un renegado de algún seminario o convento. Algo te hicieron allí que te ha marcado, y eso explicaría tu resentimiento

    ResponderEliminar