La libertad

La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres.
El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha.
Miguel de Cervantes

martes, 13 de noviembre de 2012

14N, HUELGA GENERAL

Para mañana 14 de noviembre, los principales sindicatos de este país, con el apoyo de  un buen número de organizaciones y movimientos sociales y ciudadanos –más de doscientos- integrados en la Cumbre Social, han convocado una Huelga General contra las políticas económicas y sociales del gobierno del Partido Popular.
No es una huelga más. Es un intento de parar el país, no solo en los centros de trabajo, sino también en el consumo, en los transportes, etc.; en resumen, en la actividad diaria de un país que está padeciendo la peor crisis económica y sistémica de los últimos años.
Lo que se espera de nosotros es que, cada uno en su ámbito, colabore en el cese de todo tipo de actividad. Los trabajadores y trabajadoras, no acudiendo a sus puestos de trabajo; los estudiantes, no asistiendo a clase; los padres y madres de alumnos, no mandando a sus hijos al colegio o instituto; y los ciudadanos en general, cesando, al menos por un día, en sus hábitos de consumo y en las actividades diarias y normales.
Nos jugamos mucho mañana. Y nos lo jugamos los españoles y las españolas. No se lo juegan “los sindicatos”, como desde el facherío periodístico, mediático y político se nos quiere hacer creer. Nos lo jugamos todos y cada uno de nosotros.
Nos estamos jugando que con la disculpa de la crisis, y con el miedo metido en el cuerpo por culpa de la misma, los que de verdad mandan en este país y en el mundo terminen de liquidar el estado de bienestar que tanto nos estaba costando consolidar en este país de nuestros sufrimientos.
Nos jugamos que la presencia del estado y de lo público, como elementos de solidaridad y correctores de las desigualdades, sea cada vez menor hasta quedar reducido a la mínima expresión.
Nos jugamos la pérdida de los derechos de los trabajadores, con la generalización de los despidos cada vez más baratos para los empresarios y también la progresiva pérdida del derecho a las distintas prestaciones a los parados.
Nos jugamos que el entramado de prestaciones sociales de todo tipo (educación y sanidad públicas y de calidad para todos y todas; sistema de pensiones públicas equitativo, solidario y con futuro; atención a la dependencia y a los que sufren cualquier tipo de minusvalía física o psíquica; etc.), se vea reducido a la mínima expresión de tal forma que, más que un ejercicio de derechos solidarios, sea una vuelta a la “beneficencia” que creíamos desaparecida por innecesaria desde hace muchos años.
Pero también nos estamos jugando un importante y grave retroceso de nuestros derechos y de nuestras libertades públicas y ciudadanas. Este gobierno quiere restringir la libertad de información (no grabar imágenes de las actuaciones policiales en las manifestaciones); nuestra trabajosamente conseguida libertad de reunión y manifestación; libertad de casarse (o no casarse) cuándo y con quién quieras; el derecho a una justicia verdaderamente “justa” y gratuita para las personas sin recursos; el derecho de las mujeres a decidir sobre su maternidad; etc.
Y nos lo jugamos, insisto, todos. Hombres y mujeres; urbanitas o del mundo rural; autónomos y trabajadores con empleo o parados; jóvenes, estudiantes o en busca de su primer empleo; jubilados y pensionistas; sanos y enfermos; válidos y dependientes; consumidores; padres y madres de alumnos.
Y por todo eso, yo, jubilado y, de momento, no dependiente,
MAÑANA PARARÉ Y ASISTIRÉ A LA MANIFESTACIÓN EN PALENCIA
No lo olvides: 19:00 horas en el parque del Salón

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Matrimonios gay: siete años de incertidumbre

En las elecciones generales de 2004 el PSOE se presentaba a las mismas con un programa electoral que, entre otras medidas, contemplaba la modificación del Código Civil para "permitir el matrimonio entre parejas del mismo sexo y el ejercicio de cuantos derechos conlleva".
Tras las elecciones que dieron el triunfo al PSOE y la elección de José Luis Rodríguez Zapatero como presidente del gobierno, y tras un duro y largo debate, el 30 de junio de 2005 se aprobó la Ley 13/2005, de 1 de julio, por la que se modifica el Código Civil en  materia de derecho a contraer matrimonio.
Dicho precepto legal modificó varios artículos del Código Civil, pero la más sustancial de todas esas modificaciones, fue la adicción de un nuevo párrafo al artículo 44: "El matrimonio tendrá los mismos requisitos y efectos cuando ambos contrayentes sen del mismo o diferente sexo".

Los ánimos de la jerarquía católica y del sector más conservador de la derecha española y del PP, que habían luchado con todas sus armas durante la tramitación de esta ley, se encresparon de forma definitiva.
Así, los españoles fuimos testigos de una ola de manifestaciones, encabezadas por las cúpulas de la Iglesia Católica y del Partido Popular, y de un montón de declaraciones contra esta ampliación de derechos. Entre otras, y totalmente apoteósicas, las de doña Ana Botella, actual alcaldesa de Madrid y esposa del anterior presidente del Gobierno José María Aznar, en su famosa metáfora de "las peras y las manzanas".



Todo esa inquina y mala baba contra una ley que, por supuesto, no obliga a nadie a casarse, pero si amplía y garantiza los derechos a hacerlo a todas las personas sea cual sea su orientación sexual, tuvo su culminación en el recurso de incostitucionalidad interpuesto por el PP contra la misma, que por fin, tras siete años de largas y sesudas deliberaciones de los integrantes del Tribunal Constitucional, se ha resuelto ayer mismo con la declaración de consitucionalidad de la citada Ley 13/2005.
Esperemos que con esta resolución del máximo interprete de nuestra Carta Magna, se ponga fin a años y años de dudas e incertidumbres para más de 22.000 parejas de gays y lesbianas que durante los mismos han contraído matrimonio y han podido, por fin, conformar una familia. Y eso a pesar de las reacciones de la más rancia carcundía nacional que hoy mismo recogían algunos de los medios de la derecha periodística de este país.
¡ENHORABUENA A TOD@S!

P.D. Hoy mismo está previsto que el gobierno socialista de nuestros vecinos fanceses apruebe una ley similar a la española. Al menos por una vez, hemos sido pioneros en algo.