Hace unos días publicaba
Elisa Docio en su blog un post que bajo el título de
¿Sobran las diputaciones?, se planteaba la procedencia o no de si, con el diseño del estado de las autonomías, era procedente o no mantener estas instituciones.
Hoy en
EL PAÍS,
José Antonio Martín Pallín, magistrado emérito del Tribunal Supremo y comisionado de la Comisión de Juristas de Ginebra, publica un artículo de opinión,
"Las ocho mil Españas", que incide en el problema de la multiplicidad de administraciones, pero desde la perspectiva del abrumador número de municipios que existen en este país:
8112, de los que
2248 están en Castilla y León. Es decir que
el 27,71% de los municipios de España, pertenecen a nuestra comunidad autónoma.
Dice en su artículo Martín Pallín:
"Los expertos en Derecho Administrativo señalan que nos enfrentamos a una realidad absolutamente irracional, ineficaz y costosa. No alcanzo a comprender cómo se puede hacer ostentación del rechazo a los signos identitarios de las nacionalidades y, al mismo tiempo, considerar intocables sus fragmentados territorios municipales. La consecuencia lógica es que el bienestar está insatisfactoriamente cubierto por entidades municipales atomizadas y con arcas paupérrimas, que frustran la gestión racional del territorio y el bien vivir de sus habitantes."
Si esto es así para todo el territorio nacional, ¡qué decir de Castilla y León! Veamos solamente algunos datos significativos. (
INE censo de 01/01/2009)
En primer lugar habría que aclarar, para mayor gravedad del problema, que al hablar de 2248 municipios, me refiero a "
municipios" y no a "
entidades de población" que serían muchísmas más.
Vamos con los datos:
España tiene, según el censo citado, 46.745.807 habitantes, y Castilla y León
2.563.521, es decir que
en nuestra comunidad viven el 5,48% de los habitantes de este país. Si tenemos en cuenta que la superficie de esta comunidad es de 94.146 km2, y la de España 504.645 km2, podemos afirmar que
en el 16,66% del territorio, están ubicados el 27,71% de los municipios y vive solamente el 5,48% de la población.
Si estos porcentajes son desproporcionados, veamos algunos más. En los 15 municipios de Castilla y León que superan los 20.000 habitantes, viven 1.322.996 ciudadanos, es decir el 51,6% de nuestra población, viviendo el resto, el 48,4%, en los restantes municipios.
¡1.240.525 habitantes en 2.233 municipios! Es decir, 556 habitantes por municipio.
Pero es que para mayor complejidad del asunto, de esos 2233 municipios, solamente 251 tienen entre 1.000 y 20.000 habitantes, 277 están en el tramo de 501 a 1000, 1154 de ellos entre 101 y 500, y
551 municipios tienen ¡menos de 100 habitantes!
"Cuando se plantea la necesidad, más acuciante en tiempos de crisis, de agrupar municipios para mejorar sus prestaciones, no entiendo a los dirigentes políticos que declaran públicamente que plantear la supresión de municipios "es ofender a los ciudadanos y crear problemas". Admito que la tarea es problemática, pero de ninguna manera puede constituir una ofensa para los ciudadanos afectados. Otros políticos despachan la cuestión acudiendo a metáforas inmovilistas demasiado manidas: sería abrir un melón de consecuencias imprevisibles."
Podemos hacernos una idea más próxima con la situación de la provincia de
Palencia.
Entre la capital y los 10 municipios que superan los 2.000 habitantes, suman un total de 122.553, un
70,37% del total provincial. Es decir, que el resto de habitantes de la provincia, 51.590 vecinos, viven repartidos en los 180 municipios menores de 2000 habitantes. Una media de
286 habitantes/municipio. Media que tampoco es real si tenemos en cuenta que
54 municipios palentinos tienen menos de 100 habitantes.
¿Es posible mantener esta organización territorial y hacerla compatible con una buena prestación de los servicos básico? ¿Existen en la Unión Europea otros modelos de organización municipal?
Ahora bien, ¿quién le pone el cascabel al gato?