En el año 1981 el escritor Manuel Vázquez Montalbán publicó una novela titulada "Asesinato en el Comité Central", con cuyo argumento Vicente Aranda dirigió un año más tarde una película con el mismo título. La trama se desarrollaba durante la celebración de una reunión del Comité Central del Partido Comunista de España (PCE) y, tanto la novela como la película, tuvieron mucho éxito en aquellos años iniciales de nuestra Transición democrática.
Cuando este fin de semana pasado comenzaron a filtrarse algunas de las intervenciones de integrantes del Comité Federal del PSOE, el tratamiento trágico y melodramático que muchos medios de comunicación y buena parte de los militantes del Partido comenzaron a dar al asunto, me trajo a la memoria la mencionada novela. Pero, cuando por fin se han ido escuchando las intervenciones que se han filtrado, de tragedia y melodrama, nada de nada. Sobre todo porque el elemento sorpresa, básico en cualquier argumento, brilla por su ausencia.
¿Algunas de las cosas que hemos oído en las famosas "filtraciones" son una novedad? La mayoría de los escuchado en boca de los intervinientes, se lo habíamos oído una y mil veces en declaraciones públicas hechas a diestro y siniestro ¿Algunos de los posicionamientos que hemos escuchado de los "barones", "baronesas", "condes", etc., han supuesto una sorpresa?
Gracias a estas filtraciones, la ciudadanía ha confirmado que en el PSOE no todos sus miembros piensan lo mismo. Que en los órganos del Partido que fundara hace más de 130 años Pablo Iglesias Posse - no Turrión- se habla y se debate con libertad y con respeto. Que el PSOE no es un partido en el que "el pensamiento único" tenga cabida. Lo que me admira y extraña es que algunos medios de comunicación y muchos tertulianos, que critican un día sí y otro también la falta de debate en las organizaciones políticas, y el borreguismo que representa esa falta de debate, cuando se demuestra que ese debate existe, y que de borreguismo en el PSOE nada de nada, también nos critican.
Es cierto que los, o las, autores de las filtraciones han demostrado una falta de lealtad, por el mero hecho de grabar las intervenciones, agravada por sus publicación con fines inconfesables, aunque todos suponemos cuales son. Pero, puesto que lo manifestado en el Comité se ha hecho con respeto y sin faltar a las personas, como se hace siempre en nuestros debates; dado que en los tiempos que vivimos de acceso inmediato a la información y la exigencia de los ciudadanos de apertura y transparencia en el funcionamiento de los partidos políticos; dado el convencimiento absoluto que tenemos todos de que antes o después, de una forma u otra, mediante filtraciones fidedignas, como ha sido el caso, o interesadas y distorsionadas como ocurre en otros muchas ocasiones, ¿no sería mejor que de una vez por todas nuestros debates fueran públicos y abiertos?
Algunos llevamos mucho tiempo reclamándolo.
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