La libertad

La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres.
El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha.
Miguel de Cervantes

jueves, 16 de febrero de 2012

Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid

Juan José Tamayo
Con el dicho popular que da título a este post, termina un interesante artículo, publicado en EL PAÍS de hoy, el teólogo palentino Juan José Tamayo, director de la cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones de la Universidad Carlos III de Madrid.
Con el título de "Despropósitos", se refiere a los que se han producido con ocasión de la reciente designación de la vicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría como pregonera de la Semana Santa vallisoletana por el alcalde de la capital pucelana Francisco Javier León de la Riva.

Dado que hacía mucho que no publicaba en este blog nada del que considero mi teólogo de cabecera, y para alejarnos un poco del enturbiado mundo de la política, aconsejo encarecidamente su lectura, muy aconsejable para creyentes, no creyentes, e incluso ateos recalcitrantes.

Despropósitos
No es fácil encontrar tamaño cúmulo de despropósitos en un acto político-religioso como el próximo pregón de la Semana Santa de Valladolid, que ha enfrentado al arzobispo de Valladolid con el alcalde de la ciudad, Francisco Javier León de la Riva, y con la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría.
Primer despropósito: que sea el alcalde quien elija al pregonero o a la pregonera de la Semana Santa de la ciudad. El despropósito es mayor habida cuenta de la confluencia de dos factores: la importancia religiosa de la Semana Santa en la capital de la comunidad castellano-leonesa y la especial significación de esa Semana en el cristianismo. No se trata de una fiesta local cualquiera, ni siquiera de la fiesta del patrono de la ciudad, que puede tener un componente cívico-religioso, sino de la fiesta mayor del cristianismo, la que rememora y celebra la muerte y resurrección de Jesús de Nazaret, el Cristo Liberador, experiencias que están en el origen de la religión cristiana. De esa manera, la autoridad municipal se injiere en la vida religiosa católica y la pone a su servicio. Estamos ante una versión local del césaropapismo, que no por ser local deja de ser más grave y anacrónico, y ante una burda manipulación política de los sentimientos de los creyentes. ¡Inaudito que esto suceda en el siglo XXI! La historia se repite.

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2 comentarios:

  1. Pues tiene mucha razón, la verdad. He empezado a leerlo con recelo, pero en muchas cuestiones esto de acuerdo. Lo difundo vía facebook.

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  2. He tenido la suerte de oir varias veces a Tamayo y siempre está acertado.

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