Nosotros, los educadores, tenemos mucho que hacer y que decir en este tema. Espero que lo hagamos y aportemos nuestra contribución a terminar con esta lacra social que me averguenza y nos denigra.
Al faltarme las palabras para expresar lo que siento, quiero reproducir aquí las de un compañero del centro que reflejan con total exactitud mi estado de ánimo.
"Caminaban por nuestros pasillos y aún tenían madre.
Pedían guarrerías en la cafetería, y aún tenían madre,
Saludaban o rehuían la mirada, y aún tenían madre,
aprobaban, suspendían, levantaban la mano, hacían deporte, protestaban… y aún la tenían.
Salían camino a Villoldo en autobús donde les esperaba una madre.
Poco importa ya si es un cobarde… o un loco… o un mal hombre,
De los que fueron (y siempre serán) nuestros alumnos nunca podremos decir “aún tienen madre”.
Nuestro abrazo sincero para ellos."
IES SEM TOB
que horror, lo siento
ResponderEliminar¿Hasto dónde puede llegar la sin razón y el absurdo de la violencia contra los seres queridos. Es horrible cuando siempre, pero más cuando te toca de cerca
ResponderEliminarLagunilla, precioso el textto final, ¿de quién es?
ResponderEliminarDe Jorge Blanco, y está en la página web del instituto
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