El domingo 7 de junio se han celebrado elecciones para configurar el Parlamento de la Unión Europea. Tanto en el conjunto de la Unión, como en España, las ha ganado de forma incontestable la derecha.
El Partido Popular Europeo (PPE) ha obtenido el 35,7% de los votos (263 escaños) y el Partido de los Socialistas Europeos (PSE) el 21,9% (161 diputados).
La abstención media en el conjunto de países que forman la Unión Europea ha sido de algo más de 57% (57,06), es decir, que casi 6 de cada 10 ciudadanos europeos con derecho al voto no lo han ejercido. La abstención en Europa está muy desigualmente repartida y va desde el escaso 9% de Luxemburgo, hasta el escandaloso y preocupante 80,36% de Eslovaquia.
En España con una participación del 46%, algo más de 3 puntos superior a la media europea, el Partido Popular (PP) ha ganado las elecciones con el 42,23% de los votos y más de 6.600.000 sufragios, es decir, algo más de 200.000 votos que en 2004, a pesar de la menor participación. El PP en España ha obtenido un resultado casi 7 puntos mejor que sus correligionarios europeos del PPE.
Por su parte, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) ha perdido las elecciones en España, al obtener el 38,51% y algo más de 6.030.000 votos, habiendo perdido más de 700.000 votos respecto a las elecciones europeas de 2004, y más de 5 puntos porcentuales. Es cierto también, que el PSOE ha obtenido en España un resultado casi 17 puntos mejor que el conjunto del PSE.
Estos son los datos, y de los mismos se pueden sacar tres conclusiones claras y evidentes: la derecha ha ganado las elecciones en la UE; los socialistas han sufrido una grave derrota; y la abstención ha alcanzado cotas muy preocupantes en la mayoría de los países.
No sé si en el resto de los países de la UE será igual, pero en España los dos grandes partidos se han apresurado a realizar sus propios análisis en clave nacional. El PP afirmando que esto significa una pérdida de confianza del pueblo en José Luís Rodríguez Zapatero y que por lo tanto se deben convocar inmediatamente elecciones generales, o al menos someterse el presidente de gobierno a una moción de confianza en el Parlamento español.
El PSOE por su parte sostiene que este resultado no tiene que ver con la política nacional, que es la factura que los españoles pasan por la crisis y que el resultado está distorsionado por la altísima abstención que, en ningún caso, se produciría en unas elecciones generales.
Esto de intentar extrapolar los resultados de cualquier consulta electoral hacia los posibles resultados de otra distinta, es una tendencia que se repite una y otra vez y que se ha demostrado como un debate estéril y sin sentido. Los ciudadanos, aunque muchas veces los dirigentes políticos parecen haberlo olvidado, saben lo que votan y lo hacen en cada ocasión según lo que sus intereses les indican. Si hasta en comicios que se celebran el mismo día los resultados son a veces muy distintos y los votantes eligen a partidos diferentes, imagínense en dos elecciones separadas por meses o años.
A pesar de esta constatación y de que el tiempo y las próximas elecciones lo ratificarán, seguirán los dirigentes políticos populares y socialistas con la cantinela.
Por el contrario y de forma preocupante no he oído a casi ningún político referirse con alarma y preocupación a la altísima abstención que estas elecciones han registrado.
Entiendo que este análisis no lo haga el PP ya que, al menos en las elecciones al parlamento europeo, la abstención y el resultado de la derecha son inversamente proporcionales: a mayor abstención, mejor resultado para el PPE.
En las cuatro primeras elecciones que se celebraron al Parlamento europeo entre los años 1979 y 1994, la participación estuvo siempre por encima del 50%. En las elecciones del año 1999 la abstención fue del 50,5% y la derecha obtuvo su primera victoria. Esta tendencia ha continuado igual hasta que el pasado domingo con la mayor abstención de la historia, el PSE ha obtenido su peor resultado en estas elecciones.
Si esto es así, ¿cómo es posible que la izquierda europea no se plantee qué está pasando?
Y en España, ¿ningún dirigente de la izquierda está preocupado por la realidad de que casi 6 de cada 10 votantes hayan decidido no votar? ¿Nadie en el PSOE va a dedicarse a analizar el dato cierto e incontrovertible de que los votantes del PP han acudido en masa a votar y muchos de los nuestros se han quedo en casa?
He indicado antes que, en Europa, el aumento de la abstención y la subida de la derecha van de la mano. A la vista del resultado en algunas comunidades autónomas de España, este dato es contradictorio.
En siete comunidades autónomas, Cantabria, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Comunidad Valenciana, La Rioja, Madrid y Extremadura, la participación ha superado el 50%. En seis de ellas, todas excepto Extremadura donde ha ganado el PSOE, el PP ha obtenido la victoria con más de 10 puntos de ventaja sobre los socialistas, llegando en algunos casos, como en Valencia o en Castilla y León, a ventajas de casi el 15%.
¿Tendrá algo que ver en estos resultados una campaña electoral en la que la pedagogía política que debe caracterizar las campañas de la izquierda ha brillado por su ausencia? Llevo años afirmando que el debate de la corrupción es un debate perdido para la izquierda, pues parece que al votante de derechas le afecta de forma marginal el que sus representantes estén más o menos implicados en temas de corrupción. El votante de derechas o no se cree o está dispuesto a olvidar las corruptelas de sus políticos. El votante de izquierdas no perdona la más mínima sospecha o insinuación de las mismas en sus dirigentes. Este aspecto es una parte de la explicación de los triunfos de la derecha en Madrid, Valencia, o la Italia de “papi” Berlusconi.
Pero no es la única. Los casi 18,5 millones de españoles con derecho al voto que no lo han ejercido, probablemente lo han hecho porque nadie les ha explicado de forma clara y convincente lo que nos estábamos jugando el día 7. O porque nadie desde la izquierda les ha presentado y explicado un proyecto distinto y diferenciado para salir de la crisis económica y de valores que se ha producido en el mundo.
Las medidas que están proponiendo en Europa para salir de la crisis los socialistas o la derecha no se diferencian lo más mínimo, o al menos nadie nos ha explicado esa diferencia.
Los insultos, las descalificaciones y la falta de mensajes políticos claros, ha dejado en casa a más de 15 millones de españoles.
Existe en Francia un ejemplo que ratifica mis creencias sobre lo que ha pasado en España. Un pequeño partido, Ecología Europea, que en las anteriores elecciones europeas de 2004 apenas llegó al 7,5% de votos, y que está liderado por Daniel Cohn-Bendit, el carismático líder del Mayo del 68 Dany “el Rojo”, ha obtenido el pasado día siete un sorprendente 16,2% de votos, solamente dos décimas por detrás del Partido Socialista francés.
Durante la campaña electoral, Dany “el Rojo” no ha gastado ni un solo minuto de su tiempo en criticar la política de Nicolás Sarkozy, y se ha dedicado a hablar de Europa y de ecología. Tomemos nota.
El resultado de estas elecciones nos situa a los europeos ante una paradoja política de consecuencias nada esperanzadoras: quienes ha facilitado la crisis económica mundial, la derecha y sus políticas liberales y no intervencionistas, van a ser los que tengan que gestionarla y solucionarla. Al final, más de lo mismo.
La libertad
La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres.
El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha.
Miguel de Cervantes
El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha.
Miguel de Cervantes
El panorama de la izquierda en Europa, mientras se mantengan esos niveles de abstención, es muy preocupante.
ResponderEliminarEn España, si continúan empeorando los resultados en Valencia, Madrid y Cataluña, estamos perdidos.
Lo peor de todo es que la corrupción está dando alas (además de otras cosas) al PP. Desde que en el año 2003 los tránsfugas Eduardo Tamayo y Mª Teresa Sáez le sirvieran en bandeja la victoria al PP en la Comunidad de Madrid, el PSOE no ha levantado cabeza. Es decir, que cuántos más casos de corrupción se destapan, sean del color de que sean, las distancias entre la derecha y la izquierda aumentan a favor de la primera.
Y los golpes de suerte no se dan todos los días...
O el PSOE hace un análisis serio y sin complejos del problema interno que tiene en Madrid y en Valencia, o nunca levantaremos cabeza. Tus análisis son ciertos en parte, pero tefalta decir que algo de culopa tendremos los socialistas de estad dos comunidades que no somo capaces de conectar con nuestros potenciales electores y convencerlos de que vayan a votar.
ResponderEliminarEn democracia el pueblo no se suele equivocar y por lo tanto algo estaremos haciendo mal.
Si no reconocemos la enfermedad, nunca iniciaremos el tratamiento
Juan Ramón, dices que la abstención favorece al Partido Popular y por otro lado analizas que en 7 de las comunidades autónomas donde se ha superado el 50% de participación ha ganado el PP. Esto no cuadra.
ResponderEliminarCreo que es un error esa idea de que nos favorece la abstención, así se ha demostrado en Galicia y en estas comunidades con más participación.
Juan Ramón, se te vio esta semana , creo que el martes, paseando con Jesús Mañueco y Heliodoro García Ramos por la calle Mayor.¿Fue un encuentro casual o ese paseo esconde una reunión de mayor calado? Fuistes políticos importantes en su día y ahora estáis proscritos en vuestros partidos. Creo que esta reunión tiene interés. ¿De qué hablásteis?
ResponderEliminarPor qué no continúas con el blog. Es una pena, hay gente que te sigue.
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