Transparencia

Como casi todos los miércoles acabo de regresar de la tertulia de la SER, "La ventana de Castilla y León". Hoy el tema estrella de la misma ha sido la propuestas del grupo parlamentario socialista para que los diputados y senadores hagan públicos su patrimonio e intereses, así como el endurecimiento del régimen de incompatibilidades de los cargos electos, esto último a propuesta de IU. Como dice un buen amigo mío, "vayamos por partes".
Desde mi punto de vista, no creo que haya nadie con un cierto sentido democrático que se pueda oponer con argumentos serios a la primera de las propuestas. En un momento en que la transparencia en los asuntos públicos es clave y motivo de debate permanente; cuando las encuestas siguen diciendo que para los españoles el tercer problema más importante es "la clase política", creo que es absolutamente imprescindible que los ciudadanos conozcan hasta el último detalle del patrimonio e intereses económicos y financieros de nuestros representantes, tanto en las Cortes Generales, Congreso y Senado, como en los parlamentos autonómicos, las Cortes de Castilla y León, como en los ayuntamientos y diputaciones.
Además creo que, en este apartado, la transparencia debe llegar hasta la publicación pormenorizada y exahustiva de lo que cada uno de los cargos políticos de este país percibe por su dedicación a esta noble tarea.
Y esta publicidad debe estar accesible y fácil de consultar por los ciudadanos. En un lenguaje claro y sencillo. No oculto tras una enrevesada terminología contable, que lo haga totalmente opaco para el español normal y corriente. Cada euro que cobran nuestros políticos sale de nuestros bolsillos y, por lo tanto, tenemos derecho a saber quién, como y por qué lo cobra.
¡Y que no me vengan ahora los del PP con que esta publicación va a contribuir al sensacionalismo!

En cuanto a la propuesta de Izquierda Unida, de endurecimiento del régimen de incompatibilidades de los diputados y senadores, aunque pueda admitir más matices ya que existe una amplia casuística, en su plenteamiento general también estoy de acuerdo. Se podría discutir si de este planteamiento general pueden estar excluidas las retribuciones esporádicas por conferencias o publicaciones pero, como norma general, el desempeño de un cargo público, tanto si este es electivo como de nombramiento, debería ser incompatible con el ejercicio de cualquier otra actividad retribuída.

Lo que no es posible es que, con el prestigio de la política y los políticos por los suelos, nadie haga nada, y sobre todo, nadie desde los partidos de izquierda haga nada. La democracia tiene mucho que perder.