La libertad

La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres.
El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha.
Miguel de Cervantes

jueves, 6 de octubre de 2016

El voto de la militancia

Después del cirio que hemos montado en el PSOE -hemos porque todos tendremos alguna responsabilidad- y del que ya se han escrito todo tipo de opiniones y análisis, ahora estamos enfangados en un debate mucho más trascendental para nuestro Partido, y para nuestro país, que si los que mandan son los "pedristas", los "susanistas" o el "sursum corda"
¿Deben consultarse con la militancia las decisiones fundamentales que tengamos que tomar?

La cuestión, como casi todas en la vida y en la política, tiene muchas aristas y todas las opiniones sobre la misma son respetables. Llevo militando en este Partido casi 40 años y he sido testigo de su evolución, tanto desde el punto de vista programático, como desde el de los procedimientos. He vivido congresos en los que cada delegado expresaba su voto individualmente. Luego se decidió que el voto fuera por delegaciones y con ponderación del peso en función de los afiliados que cada delegación representara. Además, en un principio, los integrantes de cada delegación se elegían por sistema mayoritario, de forma que la lista ganadora se llevaba toda la representación.

En lo que supuso en su día un avance democrático y de participación, se pasó de  nuevo al voto por delegado y, a su vez, los delegados se elegían proporcionalmente a los votos obtenidos.

Hace muy pocos años, de forma lenta y desorganizada, se comenzó a dar el paso definitivo de la participación directa de los afiliados y afiliadas en algunos casos. El primer "experimento", que a la larga supuso un rotundo fracaso por la resistencia de las élites del Partido, fue la elección mediante primarias del compañero Josep Borrell como candidato a la Presidencia del Gobierno.

A pesar del chasco que su dimisión produjo, el debate sobre las primarias estaba abierto, y ya era imposible olvidarlo, por mucho que los dirigentes de cada momento se empeñaran en hacerlo. El Congreso que eligió a José Luis Rodríguez Zapatero como secretario general mediante el procedimiento de un delegado un voto, supuso un paso que llevaba de forma clara a que, más pronto que tarde, se elegirían a los secretarios generales mediante un procedimiento de primarias entre la militancia del Partido.

Algunos mantuvimos desde el principio que este era el avance democrático y participativo que se nos exigía por parte de una ciudadanía cada vez más alejada de los partidos políticos y de la "política". Mantuvimos, y yo personalmente sigo manteniendo, que la elección del candidato a la Presidencia del Gobierno (y de los alcaldes y presidentes de comunidades autónomas) debe ser mediante el procedimiento de primarias abiertas, con la participación no solo de la militancia, sino también de los simpatizantes que previamente se inscriban. Evidentemente, la elección de los secretarios generales se hará solamente por los afiliados y afiliadas. Y así se ha hecho en estos últimos procesos electorales y orgánicos.

Y ahora, nos encontramos en otro momento decisivo, con la vista de toda la ciudadanía puesta sobre nuestro Partido. El órgano competente, Comité Federal, adoptó el acuerdo, lógico por otra parte, de votar NO a la investidura del candidato que presentara el PP a la Presidencia del Gobierno. Como es normal, el Secretario General y el Grupo Parlamentario Socialista, cumpliendo dicho mandato, así lo hizo y lo manifestó reiteradamente.

En ese mismo Comité, se manifestó también la inconveniencia de unas terceras elecciones generales, lo que dejaba a la dirección del Partido y del Grupo con pocas posibilidades de maniobra, teniendo en cuanta que también se pronunciaron contra la posibilidad de pactar con los "independentistas", y muchas pegas a pactar con Unidos Podemos.

Cuando el Secretario General intenta buscar una salida que le permita mantener el NO al PP, y a la vez evitar unas terceras elecciones -mandatos ambos del Comité Federal-, se monta el cirio padre y se lo cargan. En mi modesta opinión, que la tengo por mucho que alguna exdirigente del partido se empeñe en lo contrario, esta operación de acoso y derribo del primer Secretario General elegido por la militancia de forma directa, se produce por la confluencia de dos posicionamientos. Por un lado el que mantienen de forma más o menos evidente determinados dirigentes y exdirigentes que no quieren bajo ningún concepto que se pueda formar un gobierno alternativo al del PP, que pueda estar conformado con el apoyo de Unidos Podemos y algunos partidos nacionalistas. Y por el otro el de los que su único objetivo era y es cargarse a Pedro Sánchez, es decir los del "quítate tú para ponerme yo", y porque estos último tienen auténtico pavor a la cada vez mayor exigencia de los afiliados y afiliadas a participar de forma más directa en la toma de decisiones del Partido.

Esta operación nos ha metido en un callejón sin salida, o con salidas malas o peores. Y aquí viene el meollo de la cuestión. Parece ser que a la nueva Gestora, la única solución que se le ocurre para salir del lío es abstenerse en una posible nueva sesión de investidura y permitir que Mariano Rajoy forme gobierno, aplazar lo más posible la celebración del congreso del Partido, y mientras tanto, ya veremos.

Pero, como son conscientes de que la mayoría de la militancia está por el "NO es NO", y como nadie está dispuesto a tragarse el marrón que supone pedir a los afiliados y afiliadas el voto para la abstención, porque van a perder y eso limitaría sus posibles opciones de futuro orgánico en el Partido, quieren que esa decisión se tome en un Comité Federal, e incluso algunos están proponiendo que se tome libremente por los diputados y diputadas dando libertad de voto.

Y aquí es donde algunos decimos que no. Que una decisión de tanta trascendencia como es el que el PSOE permita un gobierno de derechas, sabiendo perfectamente lo que esto ha significado y significará, debe tomarse por todos y todas los militantes. Y eso no quiere decir, como algunos nos critican, que nos hayamos vuelto asamblearios, o que nos estemos "podemizando", por cierto cosas ambas que no son intrínsecamente malas.

Así que ya saben, NO es NO mientras la militancia del Partido no diga lo contrario, tras el correspondiente debate y votación. Y en ese debate, los que "saben más y están mejor informados", que nos lo expliquen a todos y todas, y a lo mejor nos convencen.

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