La libertad

La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres.
El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha.
Miguel de Cervantes

jueves, 22 de abril de 2010

"La segunda contrarreforma"

Con este título publica en "La Cuarta página" de "EL PAÍS" Juan José Tamayo, secretario general de la Asociación de Teólogos y Teólogas Juan XXII, y director de la Cátedra Ignacio Ellacuría, de la Universidad Carlos III, un interesante artículo.

"Con ataques destemplados y descalificaciones gruesas, ha zaherido la teología de la liberación"
"El Papa ha ofendido a judíos, musulmanes, anglicanos, ortodoxos y hasta a los precolombinos"

"Han sido suficientes cinco años de pontificado para que Benedicto XVI, en el ejercicio de la plenitud de los tres poderes: ejecutivo, legislativo y judicial, haya ido desmontando tesela a tesela el mosaico de la reforma de la Iglesia perfectamente diseñado en el Concilio Vaticano II y haya llevado a infeliz término la segunda contrarreforma, que ya iniciara Juan Pablo II 30 años ha, siguiendo el guión que escribiera el cardenal Ratzinger cuando era prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Es quizá la contrarreforma de mayor calado desde el Concilio de Trento (1545- 1563), que ha afectado a todos los campos de la vida de la Iglesia y a las relaciones de ésta con la sociedad, la política, la cultura y la ciencia, en una nueva edición de las viejas polémicas y condenas del pasado. Voy a centrarme en dos de los fenómenos involutivos más importantes del actual pontificado: el alejamiento de los pobres y excluidos y el antiecumenismo militante."

Leer todo el artículo aquí.

2 comentarios:

  1. Es Juan XXIII no XXII, listo. El pseudoteólogo Tamayo y tú sois unos resentidos y no sé que os ha hecho la Iglesia Católica para que la odiéis tanto. Escribís guiados por el odio a este Papa, del que la historia demostrará que ha puesto las cosas en su sitio, y un poco de orden en una Iglesia que iba camino del desastre con los apaños del Concilio Vaticano II.

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  2. En efecto, es Juan XXIII. Perdón por el "error" y gracias por la "corrección", que demuestra una atenta lectura del artículo.
    Del resto, "sin comentarios", pues creo haber explicado ya mi postura en entradas anteriores, a las que me remito.

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