La libertad

La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres.
El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha.
Miguel de Cervantes

miércoles, 16 de mayo de 2012

La quiebra del estado de bienestar

La ciencia política ha considerado tradicionalmente el Estado de Bienestar como el concepto para designar una propuesta política o modelo general del Estado y de su organización social, según la cual éste provee de servicios o garantías sociales a la totalidad de los habitantes de un país. Este concepto o categoría política tiene su origen en el año 1945, tras el tremendo trauma que supuso la Segunda Guerra Mundial y la precedente crisis generalizada de los años 30 conocida como la Gran Depresión.


De forma muy resumida, y para que quepa en este breve artículo, se podría afirmar que el estado de bienestar es el resultado de un gran pacto entre las dos grandes corrientes políticas que se enfrentaban en la mitad del siglo pasado, el capitalismo y el socialismo, es decir, los capitalistas y la clase trabajadora.

Mediante dicho pacto o contrato social, la clase trabajadora acepta el mercado y renuncia a una de sus principales reivindicaciones políticas, la posesión de los instrumentos de producción, a cambio de que los capitalistas aceptaran que el estado, mediante un progresivo y proporcional sistema impositivo, recaudara los recursos suficientes para proveer a la totalidad de la población de los servicios sociales básicos: condiciones dignas en el trabajo, educación, sanidad, pensiones, etc.

Como resultado de este contrato social, durante la segunda mitad del siglo XX se fueron desarrollando, principalmente en Europa, los distintos modelos del estado de bienestar: nórdico, continental, anglosajón y mediterráneo. Este último es el de los países que más tarde se incorporan al mismo, Italia, España, Portugal y Grecia, y que se desarrolla además con sustanciales diferencias respecto a los restantes modelos.

Desde un punto de vista estrictamente conservador los beneficios del Estado del Bienestar son dobles: por un lado, la generación de consenso social de tal manera que el sistema funcione de forma armónica y eficiente, y, por el otro, consecuencia de lo anterior, una función de creación y reforzamiento de valores éticos fundamentales a la existencia y estabilidad de relaciones sociales, llevando así a una creciente integración social. De esta forma, la generalización del modelo de estado de bienestar, dio lugar al periodo de crecimiento económico sostenido más exitoso del siglo XX, lo que llevó a Eric Hobsbawm (historiador británico de origen judío y formación marxista) a denominarlo “la edad de oro del capitalismo”. Pero así mismo, los logros sociales que este modelo trajo consigo, llevaron al filósofo y sociólogo austro-británico Karl Popper a valorarlos en los siguientes términos: “En ningún otro momento, y en ninguna parte, han sido los hombres más respetados, como hombres, que en nuestra sociedad. Nunca antes los Derechos Humanos y la dignidad humana, han sido tan respetados y nunca antes ha habido tantos dispuestos a hacer sacrificios por otros, especialmente por aquellos menos afortunados que ellos”.

La llegada de Margaret Thatcher al poder en Gran Bretaña en 1979, y de Ronald Reagan a la presidencia de los EE UU en 1981, supusieron el primer intento serio y consistente de desmantelamiento del estado del bienestar desde las filas del “neoliberalismo”.

Posteriormente, en los primeros años del siglo XXI, la crisis de las “hipotecas basura” en los Estados Unidos, ha desembocado en una de las mayores crisis económicas en el mundo occidental, de la que los neoliberales pretenden salir mediante una serie de medidas de ajuste del déficit, disminución de lo público y adelgazamiento del Estado, que van encaminadas claramente a la liquidación y desaparición del estado de bienestar.

Ante esta ruptura unilateral del contrato social que supone el modelo del estado de bienestar, los partidos de izquierdas, si quieren seguir representando a la clase trabajadora, tienen la obligación moral y política de ser claros y contundentes. Deben explicar a los ciudadanos en general, y a los trabajadores en particular, que esto es lo que está sucediendo realmente. Que bajo el pretexto de la crisis se está rompiendo el pacto social tácitamente asumido desde mediados del pasado siglo. Y decirles que si esto es cierto, que lo es, “o jugamos todos o se rompe la baraja”. Es decir, que si los capitalistas no cumplen lo pactado, la clase trabajadora estará legitimada para volver a reivindicar aquello a lo que renunciaron para la consecución del mismo.

Y si fuera necesario, esos partidos de izquierdas tendrán que revisar sus programas políticos y, si es preciso, volver a incluir en los mismos las viejas aspiraciones de nuestros programas máximos, actualizadas y adaptadas a la nueva realidad social. Y tendremos que volver a reivindicar: “Libertades políticas. Derecho de coalición o legalidad de las huel¬gas. Reducción de las horas. Leyes protectoras de la vida y de la salud de los trabajadores. Protección a las cajas de socorros mutuos y pensiones a los inválidos del trabajo. Creación de escuelas gratuitas para la primera y segunda enseñanza y de escuelas profesionales, en cuyos establecimientos la instrucción y educación sean laicas. Justicia gratui¬ta y jurado para todos los delitos. Reformas de las leyes de inquilinato y desahucios y de todas aquellas que tiendan directamente a lesionar los intereses de la clase trabajadora. Adquisición por el Estado de todos los medios de transporte y de circulación, así como de las minas, bos¬ques, etc., etc.” (Extracto del Primer Programa del PSOE, aprobado en Madrid el 20 de julio de 1879)

El PP y sus socios de la Unión Europea tienen muy claro lo que representan y lo que pretenden. Si el PSOE yla izquierda no lo tienen, ni lo aclaran, ¡lo vamos a pasar muy mal!
La llegada de Hollande a la presidencia de Francia, esperemos que signifique un giro en este sentido.

4 comentarios:

  1. Tan sencillo y no lo ven... no será que miran para otro lado???

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  2. Hay tantos voceros repitiendo que el estado de bienestar se ha vuelto insostenible y tan pocos diciendo que lo que es insostenible es aguantar a los primeros...

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  3. La baraja ya está rota Lagu....................

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