La libertad

La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres.
El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha.
Miguel de Cervantes

viernes, 21 de octubre de 2011

Con el culo al aire

“ETA ha decidido el cese definitivo de su actividad armada.”

Con esta escueta, pero significativa frase, los asesinos de la banda terrorista ETA anunciaron ayer algo que, no por esperado, es menos bienvenido: el fin del terror etarra. Bien es verdad que la esperada frasecita viene rodeada de un envoltorio retórico inadmisible, que lo único que trata es de hacernos creer que no lo dejan porque están derrotados y exhaustos, sino porque son “unos buenos chicarrones” que, aunque tarde, al final se han dado cuenta de que lo mejor será dejar que la “sociedad vasca” decida pacífica y democráticamente su futuro.
¡Tiene bemoles el asunto!
La realidad llana y simple es que ETA ha sido derrotada por una sociedad que ha sabido resistir todas y cada una de las provocaciones que sus casi 900 asesinatos han supuesto; una sociedad y un Estado democrático que, con la fuerza de la ley y con la entrega inestimable de unos cuerpos y fuerzas de seguridad del estado que han dado un ejemplo de eficacia al mundo entero, ha sabido luchar contra el terror de estos asesinos.
Esto, que para cualquier persona razonable y bien nacida parece evidente, no lo es tanto para algunos voceros de la derecha más ultramontana y recalcitrante que, en su afán por intentar quitar al Gobierno todo mérito en este final, se empeñan en estar de acuerdo con los asesinos etarras y les terminan dando la razón en sus artículos y declaraciones, afirmando, sin ningún pudor, que este final es ¡un triunfo de ETA!
Les aconsejo encarecidamente que se muerdan la lengua, o que, alternativamente, se la metan en el mismo sitio (con perdón) dónde deberían metérsela algunos máximos dirigentes del PP que hasta hace muy pocos días han estado afirmando que el “gobierno y ETA tienen un pacto”, Mayor Oreja dixit; o como Mariano Rajoy, que ahora aparece muy modosito alegrándose del comunicado y no hace mucho tiempo le lanzó a José Luis Rodríguez Zapatero, en sede parlamentaria, la siguiente barbaridad: "Usted traiciona a los muertos y ha revigorizado a una ETA moribunda".

Lo dicho, por suerte para toda España, han quedado ¡con el culo al aire!

NOTA. Para mejor comprensión de esta situación, se puede leer el artículo que transcribo íntegramente de José María Calleja en El Norte de Castilla de hoy mismo.

El periodista y escritor, al que tuve la suerte de conocer personalmente en unas jornadas que sobre terrorismo y medios de comunicación organizó hace unos años el Consejo Asesor de RTVE en Castilla y León, estuvo trabajando durante siete años en la Euskal Telebista (ETB) en unas condiciones muy complicadas, cuando empezó a recibir amenazas por parte de ETA. En un primer momento estuvo sin protección policial, hasta que se produjo el atentado terrorista del 23 de enero de 1995, en el que fue asesinado el político popular Gregorio Ordóñez; las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado le informaron de que era objetivo de los etarras, y desde entonces ha vivido bajo la protección de escoltas. Ha recibido el Premio Libertades, por su lucha en favor de los derechos humanos en el País Vasco; el Premio Maite Torrano, por su trabajo en favor las víctimas del terrorismo y el Premio Espasa de Ensayo de 2001.

El relato de la derrota de ETA
Por José María Calleja
El comunicado de la banda terrorista en el que anuncia que deja de asesinar cierra la serie de gestos que desde la declaración de tregua de enero pasado han puesto en escena el final del terrorismo.
ETA, que siempre estuvo fuera del tiempo, empieza a estar fuera del espacio. ETA, que empezó a asesinar hace 46 años para conseguir la independencia y crear un Estado socialista desgajado de España con la suma de las tres provincias vascas, Navarra y el suroeste de Francia, se encuentra que después de 849 asesinatos, de más de 5.000 heridos, 68 secuestrados y toneladas de sufrimiento y miedo, no ha conseguido ni uno solo de los objetivos por los que inauguró su sangrienta historia.
La foto de ETA es, por tanto, la foto de la derrota. Derrota conseguida gracias a la eficacia policial, que ha tenido consecuencias políticas; gracias a las iniciativas de los partidos democráticos, que han acabado con su impunidad; a las acciones de algunos jueces y fiscales, a la heroica y durante años minoritaria movilización ciudadana, al desprestigio de la muerte, a los ciudadanos que tuvieron más dignidad que miedo. Todas esas medidas han terminado por debilitar a una banda que en los ochenta parecía invencible y mataba a razón de 90, 60, 40 personas por año. ETA empieza a interiorizar su derrota en marzo de 1992, cuando, gracias a la Guardia Civil, la Policía francesa detuvo a la cúpula de la banda criminal que pretendía derrotar al Estado. A partir de ese momento empieza la cuesta abajo de los criminales, que han visto cómo la Policía desmantelaba dirección tras dirección y, en los últimos años, les detenía justo antes de que cometieran sus crímenes.
El balance para ETA es desastroso, porque a todo lo dicho, a todo el dolor sembrado, suma el haber enviado a la cárcel a varias generaciones de vascos. Hoy más de 700 etarras están en prisión. Ante esto, los etarras se han afanado por retocar la foto y por intentar que la gente vea un empate y no una derrota. Ahí entra la foto de San Sebastián.
Llama la atención que el afán de la banda terrorista por maquillar su clamorosa derrota se acompañe de las alharacas de un sector de la derecha política y mediática, que parece empeñada en darle una victoria en la que ni la misma ETA cree. Algunos no pueden esconder la irritación que les produce que el final del terrorismo no se haya dado con ellos en el poder y olvidan que cuando gobernaron dijeron que la paz cabía en la Constitución, que la paz era lo más importante, que se seria generoso con los denominados integrantes del Movimiento vasco de liberación nacional...
Bien, ETA está derrotada, la democracia española ha ganado y este es el relato que quedará de esta triste historia.
El Norte de Castilla. 21/10/2011

2 comentarios:

  1. Siempre se ha dicho que los extremos se terminan tocando. La derecha más cavernaria, diciendo lo mismo que los asesinos de la ETA y su entorno. Todo con tal de que no parezca que con un socialista en la persidencia del gobierno, ETA se rindió. Pero mal que les pese, eso es lo que dirán los libros de historia.Y eso ¡jode!

    ResponderEliminar
  2. Mayor Oreja está muy calladito ¡Miedo me da! Lo mismo que nuestro!!! diputado el ínclito Cosidó. Deben estar enrabietados. Se ve que don Mariano les ha atado corto y les tiene bien sujetas las bridas. ¡Ay cómo se suelten!

    ResponderEliminar