La libertad

La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres.
El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha.
Miguel de Cervantes

domingo, 7 de noviembre de 2010

Benedicto XVI y la historia de España

Aunque me había propuesto firmemente no escribir más sobre la visita de Benedicto XVI a España, sus palabras a los periodistas que le acompañaban en el avión que le traía a nuestro país, me han hecho abjurar de mi propósito.

Como cuestión previa al análisis de esas palabras pronunciadas por el Papa de Roma en un ambiente relajado y sin protocolos, quiero dejar claras varias cuestiones.
Primera. Benedicto XVI, tanto como Jefe de un supuesto Estado, como líder de una confesión religiosa muy arraigada en España, tiene todo el derecho del mundo a visitar nuestro país y a dirigirse cómo y cuándo quiera a sus seguidores.
Segunda. El mismo derecho tienen todas aquellas personas que no les gusta su presencia, a manifestarlo cómo y cuándo quieran.
Tercera. Exceptuando los gastos lógicos de seguridad y orden público que, como en cualquier otra visita de estado, es lógico que corran por cuanta de las administraciones anfitrionas, el resto de los gastos ocasionados por esta visita deberían ser por cuenta de la Iglesia Católica. Cosa del todo imposible en nuestro país dado que dicha confesión religiosa depende para su funcionamiento de las subvenciones directas del estado español.

Hechas estas apreciaciones previas, pasemos al objeto de este artículo: las palabras de Benedicto XVI.

Sin papeles ni corsés diplomáticos, hablando muy rápido, en italiano y de forma espontánea, el Papa explicó que el "problema del secularismo y la laicidad del mundo occidental" tiene en España uno de sus epicentros. Ratzinger opinó que hay un "desencuentro", un choque, e ilustró la situación con una explicación histórica: "España siempre fue un país generador de fe", dijo, "el renacimiento del catolicismo en la época moderna se produce sobre todo gracias a España, donde figuras como San Ignacio, Santa Teresa o San Juan de la Cruz dan forma a la fisionomía del catolicismo moderno. Pero es también verdad que en España nació una laicidad, un secularismo fuerte y agresivo, como vimos en los años treinta". Y concluyó: "Esa disputa, o mejor este choque entre fe y modernidad, ambas muy vivaces, tiene lugar de nuevo hoy en España".
EL PAÍS. 07.11.2010

¿Puede una persona que se supone culta y que dice representar y dirigir a una comunidad de fieles formada por cientos de millones de personas en todo el mundo, creer de verdad semejante barbaridad?
¿Puede el pretendido “Jefe de Estado” de un país, insultar de esa forma a la inteligencia de los ciudadanos del país que visita y que le acoge?
Solamente se me ocurren tres justificaciones para esas palabras, y todas son terribles:
  1. le engañan sus informantes, se supone que los integrantes de la Conferencia Episcopal Española y/o sus colaboradores directos en el Vaticano,
  2. si estos le dicen la verdad, no la entiende, o
  3. le informan la verdad, lo entiende correctamente y miente.

Como digo, las tres justificaciones de sus palabras son terribles: o mienten los informantes, o el Papa es un ignorante, o Benedicto XVI es un mentiroso.

¡Tres terribles perspectivas!

4 comentarios:

  1. 4.- le informan la verdad, lo entiende correctamente y es veraz en sus declaraciones.

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  2. Si los laicos de España encerraran el odio que tiene dentro de si Rouco y sus amigos, hace tiempo que estarían ardiendo iglesias y conventos

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  3. El Cardenal y Príncipe de la Iglesia Joseph Alois Ratzinger, conocido desde su elevación al papado como Benedicto XVI, es cualquier cosa menos un ignorante. Y lo mismo cabría decir de sus asesores y de los miembros de la Conferencia episcopal española, todos ellos eminencias y reverencias. Así pues, solamente queda una posibilidad, la tercera.
    Y lo peor de todo es que lo hace cumpliendo una estrategia perfectamente estudiaad y diseñada.
    Los que son bastante ignorantes, o al menos lo parecen en este caso, son los dirigentes del Gobierno de España y del PSOE. Se habían creido que con aumentarles la asignación se iban a dar por satisfechos. La jerarquía católica, y la de casi todas las confesiones religiosas, son "insaciables": cuánto más les das, más quieren.
    Lo que por otra parte es lógico, pues todos ellos se creen en posesión de la Verdad.

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  4. "4.- le informan la verdad, lo entiende correctamente y es veraz en sus declaraciones."
    Esta cuarta posibilidad planteada por el primer Anónimo, me parece alucinante.
    ¿Qué tiene que ver la situación actual de la Iglesia en nuestra sociedad con la existente en los años treinta del siglo pasado? Nada en absoluto. La Iglesia Católica goza en España de unos privilegios solamente comparables a los que tiene el Islam en algunos paises árabes: Sedes mantenidas con fondos públicos, exención de algunos impuestos, suvención de sus pastores con el dinero de todos, permiso permanente para realizar de forma pública todo tipo de manifestaciones religiosas, profesores que catequizan e inician a los jóvenes en sus creencias con cargo a los presupuestos del estado y quitando horas a verdaderas asignaturas en el curriculum escolar. Ya solo les falta que las leyes que se aprueben en las Cortes Generales tengan que llevar el "nihil obstat" de la Conferencia Episcopal, aunque a este paso, no tardarán en exigirlo.
    Pero será igual, seguirán diciendo que están perseguidos y exigiendo más y más.

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