Cuando en el diálogo de Marcelo, en el acto I de Hamlet el drama de William Shakespeare, el fiel guardián de palacio insistía a Hamlet y Horacio en que Dinamarca estaba ya podrida, es porque intuía que las cosas no iban bien, no sólo en su país ("something is rotten in the state of Denmark") sino en el palacio que él mismo custodiaba.
Muchos españoles de hoy, al igual que en la Dinamarca del siglo XII, afirman que algo huele a podrido, y otros muchos se preguntan si ese “algo” es más bien “mucho”.
Al finalizar este año 2009, que en la percepción de muchos ciudadanos es el año de las grandes tramas corruptas, me parece necesario hacer algunas reflexiones al respecto.
Hagamos algunos números previos. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en España hay 8.111 municipios, que gobiernan el mismo número de alcaldes o alcaldesas, acompañados en esta responsabilidad por 65.347 concejales y concejalas, algunos de los cuales, en concreto 1.036, son así mismo diputados provinciales.
Consultando las páginas web de cada una de las 17 comunidades autónomas y de las ciudades de Ceuta y Melilla, podemos comprobar que hay 19 presidentes y 214 consejeros o responsables de departamentos de gobierno, a los que habría que sumar otro número ligeramente superior de altos cargos políticos de cada uno de esos departamentos, que podríamos fijar aproximadamente en alrededor de otras 1000 personas.
El gobierno de España está formado por el Presidente, 3 vicepresidentes y 14 ministros o ministras, que con los responsables políticos de segundo y tercer nivel nos puede dar una cifra de 250.
La suma de todos estos cargos, que podríamos considerar “ejecutivos”, con las notables diferencias existentes entre un concejal del más pequeño municipio de España y el más poderoso consejero de alguna de las comunidades autónomas más ricas del país, nos da una cifra cercana a 67.000. Si a estos cargos ejecutivos, añadimos los legislativos del estado, comunidades y ciudades autónomas, cabildos, territorios históricos y otros, que suman según el INE otros casi 2.500, estaríamos hablando de casi 70.000 españoles y españolas dedicados de una u otra manera a la “política”.
Sigamos con números. El Fiscal General del estado informaba a mediados del pasado mes de noviembre, que en España había en ese momento 730 causas abiertas por corrupción, sumando los procedimientos judiciales y las diligencias de investigación. En esas causas, junto a un número elevado de representantes de empresas y negocios, están incursos algo menos de 1000 responsables políticos.
Si consideramos que en el mundo judicial se considera que los casos que se llegan a investigar suponen en torno al 30 % de los existentes, podemos afirmar que alrededor de 3.300 políticos pueden estar actuando de forma corrupta en el desempeño de sus cargos. Es decir que menos del 5% de los casi 70.000 políticos, pueden ser corruptos.
¿Puede ese 5% de posibles corruptos desprestigiar la fama y el honor del restante 95% de ciudadanos y ciudadanas que se dedican con honestidad a la “cosa pública”?
Yo pienso honestamente que no. Puedo afirmar que conozco personalmente a cientos de concejales y alcaldes que se dedican con honradez a gestionar lo mejor que saben y pueden sus municipios y que, en muchos casos, lo hacen sin recibir nada a cambio, e incluso, costándoles tiempo y dinero.
Pero es que, además, esto solamente es una parte de la “cuestión”. Para que exista corrupción se necesitan dos actores: el corrupto y el “corruptor”. Y es que en toda esta polémica, la mayor parte de las veces nos olvidamos que para que haya políticos corruptos es necesario que existan ciudadanos, generalmente pertenecientes al mundo de los negocios, que también lo sean.
Este último “considerando” nos lleva irremediablemente al aspecto más polémico del problema de la corrupción, y que nos llevaría a hacer la misma reflexión que hace Marcelo en la obra de Shakespeare: "something is rotten in the state of Spain”.
Yo personalmente prefiero mantenerme en la duda, y plantearme la pregunta ¿es España un país corrupto? Y para contestarme tengo que, como en el juego, pedir que primero definamos “corrupción”.
Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua española, entre las acepciones de la palabra corrupción están: 1. Acción y efecto de corromper; y 2. En las organizaciones, especialmente en las públicas, práctica consistente en la utilización de las funciones y medios de aquellas en provecho, económico o de otra índole, de sus gestores. Y según el mismo diccionario, corromper en su tercera acepción significa “sobornar a alguien con dádivas o de otra manera”. Podemos deducir por tanto que, en sentido estricto, solamente puede ser corrupto el político o el funcionario.
Ahora bien, en un sentido más amplio, es muy normal utilizar los términos corrupción, corrupto o corruptela, referidos a la actuación de las personas que lo hacen con “falta de honradez”, sean estas o no funcionarios.
Aclarado el aspecto semántico de la cuestión, me gustaría hacer algunas preguntas por si alguien tiene las respuestas.
¿No actuamos con “falta de honradez” cuando compramos un DVD en el “top manta”? ¿O cuando nos bajamos música gratis de internet? ¿No es “falta de honradez” pagar obras o servicios sin factura y por lo tanto sin IVA? ¿No es “falta de honradez” contratar para una “chapuza” a un parado que está cobrando la prestación? ¿Y tener a la empleada del hogar sin asegurar? ¿Quién no ha “mentido” sobre la edad de su hijo para que entre gratis o con descuento? ¿Qué acción es “menos” honesta, que un concejal admita el regalo de una entrada para el partido del equipo local, o que nosotros le dejemos nuestro carnet de socio a un amigo para que vea gratis el partido?
Miles y miles de “pequeñas corrupciones” como estas se cometen diariamente en nuestro país sin que nadie estigmatice socialmente a sus autores.
¿No será este un perfecto caldo de cultivo para esas otras “grandes corrupciones” con las que nos obsequia nuestra clase política?
No debemos olvidar que, al fin y al cabo, en una democracia los “políticos” antes de serlo fueron unos ciudadanos normales y corrientes que, a lo peor, también actuaron con esa “falta de honradez”.
La libertad
La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres.
El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha.
Miguel de Cervantes
El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha.
Miguel de Cervantes
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Lagunilla, cada día eres más "políticamente incorrecto". No creo que mucha gente se atreva a decir y escribir lo que afirmas del conjunto de nuestra sociedad: casi todos somos unos corruptos en potencia. Al menos de esas pequeñas "corruptelas" como tu las llamas.
ResponderEliminarPor cierto, ¿que me dices de los que alardean de que engañan a hacienda? están hasta bien vistos entre sus círculos de amigos.
ASsi nos va en esta España. Muchas veces pienso que tenemos los polítcos que nos merecemos
Sí, algo huele a podrido en España: el socialismo.
ResponderEliminarSeguramente porque se le ha "pegado" el olor de "Gurttel", "espionaje de Madrid", "Merino" y "Fernández Santiago", pero sobre todos los demás los "trásfugas" que dieron el gobierno de Madrid a Dóña "Espe". ¿O ya se nos ha olvidado?
ResponderEliminarNuestra memoria es muy olvidadiza, pero aquí en Palencia hace muchos años que ya tivimos un adelanto de lo que es la mezcla explosiva de empresarios corruptores y políticos corruptos. ¿nadie se acuerda del secuestro de dos concejales de las derecha a causa de las recalificaciones de unos solares en la plaza de San Pablo?
Consultad las hemerotecas.
¡Todo el mundo tranquilo! Mariano Rajoy y su código de buenas conductas lo van a arreglar todo, sobre todo el tema de la corrupción en su PP.
ResponderEliminarSe me olvidadaba, lo hará cuando expulse del partido al presidente provicial del PP en Salamanca,(no tengo la menor duda de que lo expulsarán, je, je, je) que se HA NEGADO A APROBAR EL DICHOSO CÓDIGO EN SU PROPIO AYUNTAMIENTO, del que es alcalde. ¿Será por algo?
lo que me llama la atención no es el porcentaje de corruptos entre la casta política sino el alto porcentaje de políticos que hay para 45 millones de españoles. Esto es la verdadera corrupción que tenemos en España, y ya no se puede aguantar.
ResponderEliminarJorge, ¿por dónde propones que cortemos?
ResponderEliminarYo tengo una idea. Ya que la mayor parte de los políticos son concejales en los más de 8000 municipios que hay en España, lo primero que habria que hecer es suprimir ayuntamientos. En Castilla y León hay más de 2000, y en Palencia cerca de 200.
Propongo que en CyL se supriman todos los municipios de menos de 1000 habitantes.
Solamente en Palencia ya nos ahorraríamos un montón de concejales.Hay municipios de esta provincia en los que la mitad de sus censados son concejales.
También propongo suprimir las Diputaciones Provinciales. Esto no nos ahorra cargos pero si gastos. Solamente sirven para caciquear.
Jorge, lo mismo que Rosa M, me gustaría saber por donde propones tu cortar.
ResponderEliminaryo lo tengo muy claro, eliminaria las cc.aa. DesCentralización adminstritiva, nunca legislativa en las diputaciones y elección directa de estas. Y más poder y recursos a los ayuntamientos. Necesitaría un mayor detallamiento pero creo que os sirve para haceros una idea.
ResponderEliminarsi eliminas las comunidades autonomas y eliges a las diputaciones, vamos a tener mas politicos q ahora
ResponderEliminar