Vaya por delante que la iniciativa del diputado Joan Herrera de ICV en el Parlamento español que pretende aprobar una proposición no de ley que inste al Gobierno a "protestar por vía oficial y diplomática, a través de nuestro embajador en la Santa Sede" por las declaraciones de Benedicto XVI sobre el uso del preservativo en la lucha contra el SIDA, me parece absurda y una total pérdida de tiempo y energías.
Quede también sentado que el jefe de la iglesia católica, como cualquier otro ciudadano del mundo, tiene perfecto derecho a manifestar su opinión sobre este o cualquier otro asunto que se le antoje y crea oportuno, aunque esa opinión sea una total y absoluta barbaridad científica (cosa que por cierto han hecho más de una, y de dos veces, los antecesores en el cargo de nuestro inefable Benedicto a lo largo de la historia, sobre todo cuando se han metido en el terreno de los avances de la ciencia).
Por supuesto que las “autorizadas” opiniones o “consignas” del Papa, como jefe espiritual que es de los católicos, deben ser para ellos muy valiosas, e incluso en alguno casos, de obligado cumplimiento.
He defendido siempre, también durante la dictadura de Franco, que la libertad es un derecho inalienable de las personas y que, dentro de esa libertad, ocupa un lugar importante la libertad de expresión.
Ahora bien, dicho todo lo anterior, “se me revuelven las tripas” cuando leo o escucho determinadas argumentaciones que, desde el ámbito de la derecha más representativa de este país, se utilizan para defender precisamente la “libertad del Papa” para opinar, y para descalificar cualquier iniciativa que el gobierno emprenda para dotar de mayor libertad y derechos a los ciudadanos.
Un ejemplo de estas argumentaciones la hemos podido leer el pasado domingo día 3 de mayo en la columna de opinión que el senador del PP Ignacio Cosidó firma en el Diario Palentino, con el título de “La libertad del Papa”, y que también recoge en su blog personal.
Entre una serie de reflexiones y consideraciones sobre la libertad de expresión y el derecho o no de opinar que tiene el Papa, después de criticar la oportunidad de la iniciativa parlamentaria de Joan Herrera y de aprovechar para arrear alguna puya a la izquierda “de pensamiento único”, ¡quien fue a hablar!, se despacha con dos afirmaciones o argumentos, que son precisamente de los que, vuelvo a insistir, “me revuelven las tripas”.
Ahí van las “dos perlas”:
“El cristianismo ha situado desde su origen la libertad del hombre, el respeto a todas las creencias, la tolerancia religiosa y la defensa de la dignidad para todo ser humano, como principios fundamentales de su doctrina.”
¡Toma del frasco, Carrasco!
Si no fuera porque conozco la sólida formación cultural y científica del Sr. Cosidó, pensaría que el autor del artículo no tiene ni idea de historia.
Puede ser cierto que la doctrina y la filosofía original del cristianismo defendía esos principios, pero no es menos cierto que, en cuanto la jerarquía católica, según ellos los “únicos y verdaderos interpretes de la verdad revelada por Dios”, han tenido ocasión para ello, han ejercido la más brutal de las represiones y persecuciones sobre todo aquel que ha osado poner en duda dicha superioridad y predominio de la religión católica, o de la ilimitada e indiscutible autoridad del Papa: excomuniones, autos de fe, inquisición, potros, tormentos, hogueras, expulsiones y persecuciones, guerras santas, certificados de limpieza de sangre, etc. ¿Se acuerda, señor Cosidó?
Y la segunda perla:
“El problema surge cuando la izquierda pretende imponer un pensamiento único de obligado cumplimiento, como es el caso. El problema es cuando se quiere coartar la libertad religiosa para que sea el Estado el que establezca su propia religión. En último extremo, el poder político podría aprobar una Ley negando la existencia de Dios y penando con cárcel a aquellos que creyeran en su existencia. No sería la primera vez en la historia que esto sucede.”
¡Alucinante!
¿Se está refiriendo a España, don Ignacio? No me querrá usted insinuar que en España está coartada la libertad religiosa, y menos aún la de la iglesia católica que, a pesar de lque a Constitución española establece la no confesionalidad del estado, sigue utilizando a este para recaudar los ingresos que necesita para su funcionamiento, sistema que por cierto no disfrutan el resto de confesiones religiosas.
Puede ser que se refiera a que algunos regímenes comunistas, ya desaparecidos, hayan metido en la cárcel a los creyentes. Pero Sr. Cosidó, ¿en cuántos países y durante cuántos siglos han ido a la cárcel y han sido ajusticiados miles y miles de personas por ser ateos o agnóstico?
Pero no retrocedamos tanto en el tiempo, ni nos alejemos mucho en el espacio. En esta nuestra España, cuando la Iglesia Católica disfrutaba de los privilegios y prebendas que ahora se resiste a perder, cuando sacaba “bajo palio” a su “Excelencia el Generalísimo Franco”, es decir hasta muy avanzados los años 70 del siglo pasado, para presentarte a unas oposiciones de funcionario público, era obligatorio presentar el certificado de bautismo y de buena conducta expedido por el cura párroco, de la iglesia católico, por supuesto.
Esa es la libertad, tolerancia y respeto a todas las creencias que ha defendido siempre la jerarquía de la Iglesia Católica.
La libertad
La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres.
El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha.
Miguel de Cervantes
El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha.
Miguel de Cervantes
Lagunilla, me gusta tu estilo, tienes talante, del bueno no del que vicia Zapatero. Están bien esas apreciaciones sobre la potestad del Papa para hablar, como no podía ser de otra forma. Muchos de la izquierda incluso lo rechazan, pero no lo hacen cuando Fidel Castro defiende el comunismo, que creo que no es sinónimo de libertad.
ResponderEliminarTe confundes en algunas cosas, como cuando te vuelves historicista y recuerdas hasta cuando Franco iba bajo palio. Eran otros tiempos, es la historia, ¿quieres que recordemos la historia del PSOE?, ¿Es que el PSOE ha sido siempre un partido democrático? Si lo hubiera sido, aquella frase de Felipe González de que hay que ser socialistas antes que marxistas, no sé si en el primero congreso ya legal, tu lo recordarán mejor, hubieran sobado. La iglesia ha evolucionado, como lo ha hecho el PSOE, y en ambos casos para bien. El artículo de Cosidó es muy sólido, argumentado y coherente. Yo estoy más con éste que contigo, pero te repito, te agradezco tu educación en el planteamiento de este post. En fin, en realidad sólo quería decirte que voto al PP y soy católico, pero que también estoy en contra de las palabras del Papa en África. Además, creo que muchos que las defiendes no lo cumplen, o se han hecho infértiles o simplemente no hacen el amor. Pero como creo que no ocurre ni lo uno ni lo otro, pienso que son hipócritas. Creo que el Papa no debió decir lo que dijo del condón. Allí, y en todas partes del mundo, es necesario.
El problema de las declaraciones del Papa sobre el uso del preservativo en la lucha contra el SIDA, es que dificulta aún más, si cabe, la labor de miles de cooperantes y voluntarios que están dejándose la piel en África, precisamente para conseguir que se utilicen masivamente.
ResponderEliminarUna persona, que sabe la repercusión e influencia que en muchos miles de personas tienen sus palabras, debería tener mucho cuidado con las mismas.
Por suspuesto el Papa es libre de decir lo que quiera, pero el uso de esa libertad le debería hacer muy cuidadoso con cómo la usa.
Es más que probable que sus palabras hayan arruinado el trabajo de muchos meses de muchas personas, alguno y algunas religiosos católicos de distintas órdenes, en su labor contra una de las mayores "pandemias" del momento.
Un personaje que se dice lider espiritual de millones de seguidores, debería pansárselo un poco antes de lanzar declaraciones y opiniones sobre temas que están científicamente contrastados.
Y si no, que repase la historia de la Iglesia Católica y sus dirigentes y comproborá la cantidad de veces que han metido la pata a lo largo de la historia, sobre todo, como dices en tu entrada, cuando se han metido a opinar sobre ciencia.
"no se puede resolver con eslóganes publicitarios ni con la distribución de preservativos". Estas son las palabras textuales del Papa.
ResponderEliminar"Pulla" se escibe con "ll". "Puyazo", con "y". Pero significan cosas diferentes. Ojo.
ResponderEliminarEfectívamente, como muy bien indica Anónimo del 9 de mayo, "pulla" significa "Dicho agudo con que se zahiere a alguien"; uno de los sinónimos de pulla es "puyazo", uso figurado de "Golpe o pinchazo dado con la puya o la garrocha". En este sentido lo he usado en mi artículo, aunque es cierto que debería haber escrito "puyazo".
ResponderEliminarGracias por tu aclaración, que ha permitido mi corrección.