Últimamente algunos amigos y muchos compañeros del Partido, unos con
buenas y otros con no tan buenas intenciones, me preguntan por qué, si lo que escribo y opino en distintos foros y lugares es
de verdad lo que pienso, sigo siendo
afiliado del PSOE. Por qué no
sigo el camino de otros compañeros –y sin embargo amigos- que se han dado de
baja, unos discretamente y otros con publicidad incluida, algunos de estos
últimos sin que esta publicidad hubiera sido buscada por ellos.
A los que me lo preguntan de buena fe, trato de darles mis razones; y
no sé muy bien si las comparten pero, al menos, parece que las entienden. A los
otros, a los que me lo preguntan con la intención no confesada de que me largue
de una puñetera vez y los deje tranquilos, a esos, ni pío.
Hoy voy a intentar poner por escrito esas razones, más que nada para leerlas
yo mismo e intentar enterarme, de una vez por todas, si son de suficiente peso
para continuar en el Partido al que pertenezco desde hace más de treinta y
cinco años. Desconozco si a alguien le importarán o no estas reflexiones, pero
como este blog es mío, las publico y punto. Y al que no le guste, lo siento
mucho pero, a aguantarse tocan. Así que, ¡ahí van!
Continúo en el PSOE porque sigo creyendo que “El trabajo es la fuente de vida de las naciones. El capital es el
fruto del trabajo. La propiedad del fruto del trabajo es, en general, el móvil
de todas las acciones humanas. De la forma que revista la propiedad, del modo
como se verifique la producción y el reparto de la misma dependen la paz y la
felicidad de las sociedades.” (Del Manifiesto-Programa del Partido
Socialista Obrero Español. 5 de octubre de 1879)
Porque pienso que, hoy más que nunca, sigue estando vigente lo que
escribieron mis compañeros socialistas de Barcelona en el año 1881, en sus
propuestas para el Manifiesto-Programa del PSOE: “Para el hombre, no conocemos fronteras; de oriente a occidente, de
norte a sur; la humanidad es una, y uno debe ser el respeto y la estimación que
por ella debe tenerse. Patrimonio de ella toda y no de un número determinado,
son los principios de moral universal, fraternidad y solidaridad humana.”
Porque estoy convencido de que, con la lógica actualización del leguaje
a las circunstancias de nuestro tiempo, sigue siendo válido: “En suma, el ideal del Partido Socialista
Obrero Español es la completa emancipación de la clase trabajadora; es decir,
la abolición de todas las clases sociales y su conversión en una sola de
trabajadores, dueños del fruto de su trabajo, libres, iguales, honrados e
inteligentes”. ¡Casi nada!
Porque creo que ante la crisis sistémica que está viviendo la sociedad
actual, la existencia de un Partido con propuestas concretas y distintas a las
de la derecha económica y política, con nuevas personas capaces de ilusionar a
una sociedad que está perdida y sin claros referentes de izquierdas y
progresistas, con procedimientos internos adaptados a un mundo en el que la
comunicación y la participación está globalizada, en definitiva, un PSOE renovado de los pies a la cabeza,
pero sin perder de vista los referentes históricos a los que me he referido
antes, es más necesario que nunca en
este país. Un país que camina, en lo económico, en lo social y en lo
político, hacia el abismo de la exclusión social, la marginación de grandes
capas de nuestros conciudadanos, la insolidaridad entre las personas y los
territorios, el desprestigio de los políticos y de la política, en resumen, al
desprestigio de la democracia representativa, con el peligro de la aparición de
los típicos salvapatrias,
totalitarios y fascistas, que florecen como setas en esas situaciones.
Mi Partido necesita hacer un análisis serio, riguroso y en profundidad
de lo acontecido en esta sociedad durante estos últimos años. Tenemos que ser capaces
de defender todos los logros conseguidos en este país con gobiernos socialistas,
que son muchos y muy importantes. Pero, simultáneamente, tendremos que
reconocer, analizar y no volver a caer en los errores cometidos. Ante el
furibundo ataque del neoliberalismo al estado de bienestar, tendremos que
construir alternativas progresistas y de izquierdas para salir de esta crisis.
Tendremos que modificar sustancialmente nuestras normas de funcionamiento. No
es posible que en la era de la comunicación global e instantánea, sigamos celebrando
reuniones “secretas” de nuestros órganos de participación y de dirección. Si
queremos que los ciudadanos se vuelvan a sentir atraídos por nuestras
propuestas, debemos hacerlos partícipes de las mismas. Tenemos que implantar un
sistema de elecciones primarias, tanto para los cargos internos, como para la
elección de candidatos, estas últimas abiertas a simpatizantes.
Y todo eso lo tienen que liderar nuevos dirigentes. En estos momentos de
la “película”, los socialistas podíamos descubrir la cura definitiva del cáncer
o del SIDA, que si salían a explicarlo muchos de nuestros actuales dirigentes, no
nos lo compraba nadie. Esto, nos guste o no, e independientemente de la valía
personal de muchos de ellos, es una realidad indiscutible y ratificada mes a
mes por todo tipo de estudios sociológicos y encuestas. Unas horas después de que
nuestro secretario general afirmara en el Comité Federal que “estamos
mejor que hace un año”, -reunión “secreta” en la que por cierto muy pocos
osaron analizar críticamente nuestra situación- una encuesta de Metroscopia para
EL PAÍS aseguraba que Alfredo Pérez
Rubalcaba inspira menos confianza que Mariano Rajoy, y su gestión como líder de
la oposición tiene menos aprobación que la del presidente del gobierno ¡Manda
huevos! Han perdido el norte, el sur y todos los puntos cardinales.
Soy consciente de que esto mismo lo piensan y sienten muchos compañeros
y compañeras, aunque no compartan conmigo la necesidad de que se produzcan
cambios en las formas, en el programa y en las personas que tienen que
desarrollarlos. Al menos así me lo han manifestado algunos en muchas ocasiones.
Otros están radicalmente en contra de estos planteamientos; unos porque
sinceramente creen que estoy equivocado; otros porque, si admitieran que estas
posturas son las correctas, serían los
primeros en tener que marcharse. Y como dijo en una ocasión Alfonso Guerra “fuera hace mucho frío”. Pero también
soy consciente de que mi postura es claramente minoritaria en las Asambleas,
por lo menos en estos momentos.
Así que, ¡aquí me tenéis!
Convencido de mis ideas, cada día más solo que la una, pero aguantando hasta que
la mayoría de mi Partido se dé cuenta de su error. Yo seguiré defendiéndolas dentro y fuera del Partido. Y si a
algunos, o a muchos, no les gusta, lo siento en el alma.
Lagunilla, eres mas antiguo que el tuist, solo te falta reivindicar el marxismo
ResponderEliminarAnónimo, se escribe "twist"
EliminarQuerido amigo, no estás solo y traslado tu reflexión también a UGT dónde, con algunas peculiaridades distintas, se está viviendo una situación similar o incluso peor, con un goteo continuo de bajas y la ausencia alarmante de identificación por parte de los trabajadores.
ResponderEliminarQuien no sea consciente de esto es que está aislado de la sociedad o tiene alguna laguna intelectual preocupante.
Lo malo es que la deriva peligrosa que llevan PSOE y UGT, acabará perjudicando a toda la sociedad.
También pienso, como tú, que no hay que inventar nada nuevo, hay volver a los orígenes, porque esta sociedad se empieza a parecer a aquella.
Un abrazo desde Málaga, desde UGT.
Gracias y ánimo
Eliminar"Anónimo", antiguo es Rubalcaba, Julio Villarrubia, Óscar López, Elena Valenciano, Fernández Vara, Patxi López, Pere Navarro, Pachi Vázquez ...., las Diputaciones Provinciales, las Juntas Vecinales, la Monarquía, las Comunidades Autónomas, las Resoluciones del 38 Congreso, el 38 Congreso, los acuerdos con Juan Vicente Herrera, los pactos contra la corrupción, pleitear en Madrid por el euro por receta (el TC es más ágil que el PSOE), pensar que estamos a tiempo de corregir la trayectoria de un tren en el que no estamos (nos han apeado) y llamarse "Anónimo"
ResponderEliminarGracias por tus siempre sinceras y acertadas palabras. No te sientas mal, AMIGO. Quizá, con el tiempo, vuelva a ilusionarme y quien sabe, si el partido vuelve a ser PARTIDO SOCIALISTA OBRERO (sobre todo) y ESPAÑOL.
ResponderEliminarUN FUERTE ABRAZO.
Lagu, no estás solo, y lo sabes. Los principios y la ética te acompañan. Eso no es estar solo. Eso es mucha compañía.
ResponderEliminarUn abrazo.
José L. González.
Gracias por contarme entre tus amigos. Te sigo desde hace tiempo y la coherencia sigue presidiendo tu discurso. Es un valor fundamental en la vida y sobre todo en la política, pero hoy tan escaso y "antiguo". Admiro tú llaneza y humildad en los planteamientos. Serían ambas imprescindibles en la REFUNDACIÓN de los socialistas. Espero tus siguientes reflexiones. Un abrazo. Joaquín Posado.
ResponderEliminarVaya peloteo,porque no largas de una vez y nos dejas tranqulos? Solosabeis criticar y no aportar soluciones
ResponderEliminarSupongo que has querido decir "¿Por qué no te largas?". Si es así, creo que la respuesta es evidente, si es que eres capaz de entender mi post. Es más, en mi opinión, aunque admito poder estar equivocado, son otros y otras los que tienen que "largarse". Y por favor, me gustaría mucho saber con quién hablo.
EliminarNo te preocupes, no estás solo. Somos muchos los que tenemos carnet (y los que no) que queremos que esto cambie.
ResponderEliminarEl país se merece una opción de izquierdas, pero de verdad, y con caras nuevas e ilusionantes, pero teniendo en cuenta a los que siempre han estado detrás. Y estoy convencido que cuando eso pase, tus amigos volverán a ser también tus compañeros de partido.
Un placer leer tus siempre sabias palabras.
Compañero, tu exposición de la situación ha sido muy acertada. Estoy de acuerdo contigo. Olvidate de las "provocaciones" y sigue haciendo análisis como los que vines haciendo. Siempre es una satisfacción leer una opinión de un compañero de IZQUIERDAS.
Eliminar¡No aflojes Lagu...!
José L. Rodríguez
Venta de Baños.
Gracias, José Luis, lo intento
EliminarSinceramente, opinemos igual o no de temas puntuales, en esto estoy de acuerdo contigo. Cuando alguien comparte con un partido ideas de fondo, ideas que son el sustento de toda la ideología socialista, no puede irse. Lo que tiene que hacer para ser consecuente es quedarse, aportar y ayudar a construir partido, y si el partido se equivoca, ayudar a enderezarlo.
ResponderEliminarUn saludo.
PD: tratare de ver con más frecuencia tu blog.
Gracias
EliminarBuenas tardes, Juan Ramón (si me lo permites). Cuando dices "con la lógica actualización del leguaje a las circunstancias de nuestro tiempo", ¿a qué te refieres?
ResponderEliminarLa verdad es que releyendo el texto, creo que la citada expresión está de más, aunque cuando lo escribí supongo que pensé que tenía cierto sentido.
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