PSOE |
En la reciente comparecencia de nuestro secretario
general Alfredo Pérez Rubalcaba para
valorar el primer año de gobierno del PP, un año lleno de mentiras, recortes,
privatizaciones, en resumen, un año dedicado en cuerpo y alma por la derecha a
desmontar y liquidar el estado de bienestar, expresó su deseo de que “se hablara de las propuestas y no de los
problemas del PSOE”.
Estoy total y absolutamente de acuerdo con este
deseo. Ahora bien, pretender que en un sistema democrático y de libertades, y
en la era de las redes sociales y la comunicación global e inmediata, no se
hable de ‘algo’, es totalmente imposible; sobre todo si ese ‘algo’ existe. Y
los problemas en el PSOE, existen,
ya lo creo que existen ¡y muy graves!
En nuestros debates internos -y secretos- siempre se
insiste en que lo importante son las ideas y las propuestas, y que las personas
para llevarlas a cabo son secundarias. ¡Y un jamón con chorreras!, que diría mi
tío Zósimo. Las ideas y los
proyectos pueden ser extraordinarios y brillantes, pero como las personas que
los propongan o lideren no tengan la credibilidad y el prestigio suficiente
ante los ciudadanos, los mismos fracasarán desde sus inicios, porque, en la era
de la comunicación y la imagen, ni tan siquiera serán escuchados.
Y el PSOE
tiene en estos momentos dos problemas
fundamentales: una falta absoluta de ideas y proyectos para una sociedad
sumida en una grave crisis, no solo económica sino también sistémica; y unos
dirigentes nacionales y, en muchísimos casos, también regionales, provinciales
y locales, con escasa o ninguna credibilidad, después de haber llevado a este Partido más que centenario, a los
peores resultados electorales de nuestra reciente historia democrática. Y
además, estos problemas están agravados por la tesis, muy generalizada entre
nuestros dirigentes actuales, de que “la
culpa no es nuestra, es de la crisis”, y por lo tanto, como le dice Tancredi
Falconeri a su tío don Fabrizio Corbera en la novela “Il Gattopardo” de Giuseppe Tomasi di Lampedusa: “si queremos que todo siga como está, es
necesario que todo cambie”, sobre todo para que no cambien los dirigentes.
Y siguiendo esta postura estratégica, conocida como
“gatopardismo”, desde la dirección federal, con el aparente apoyo de la mayoría
de las direcciones territoriales, se aplazan sine die las conferencias política y de organización, y se propone
como fecha para la celebración de unas ¿primarias? el periodo entre las
próximas elecciones municipales y las generales, es decir, en principio, de
mayo a octubre de 2015. Me parece sencillamente alucinante y kafkiano.
De derrota en derrota, hasta la derrota final
Esta dirección federal, acompañada por las
restantes direcciones territoriales, no solo ha perdido las últimas elecciones
generales de 2011. En el año que ha transcurrido desde entonces, hemos perdido
las elecciones en Andalucía y Asturias -no nos dejemos engañar por el espejismo
de que en ambas comunidades se gobierna-; en Galicia y Euskadi nos han dado un
“palo” de envergadura; y en Cataluña hemos pasado a ser la tercera fuerza en
número de parlamentarios, y estamos a punto de dejar de presentarnos como PSOE
en esta comunidad, que ha sido siempre clave para el resultado electoral en el
resto de España.
Pero es que, para mayor abundamiento, a pesar de
que el PP y Mariano Rajoy pierden apoyos electorales y valoración en cada nueva
encuesta que se realiza, el PSOE y Rubalcaba no solo no suben en esas encuestas
sino que también bajan en apoyos y valoración.
Por lo tanto, si como manifiesta nuestro secretario
general, debemos conseguir que se hable de las propuestas y no de los problemas
del PSOE, tendremos que hacer dos
cosas: elaborar esas propuestas y elegir
a unos dirigentes con la credibilidad suficiente para explicarlas a la
ciudadanía. Y no necesariamente en ese orden.
Si de verdad queremos volver a recuperar la
credibilidad entre unos ciudadanos progresistas que están absolutamente
huérfanos de liderazgos sociales, y aterrorizados por la deriva que está
tomando el país bajo el gobierno de la derecha más neoliberal que nos podíamos
imaginar, tenemos la obligación moral y política de “cambiar todo lo que sea
necesario, para que nada siga igual que ahora”, por supuesto dentro de
nuestros supuestos ideológicos progresistas y socialistas, más necesarios que
nunca ante el ataque que se está produciendo contra la clase trabajadora en
general. Y para ello, contra lo que mantienen nuestros dirigentes, no tenemos
todo el tiempo del mundo, porque los liderazgos y las ideas no se consolidan en
cuatro meses, ni en un año.
Calendario para un verdadero cambio de rumbo
El calendario electoral que se plantea para los
próximos años, tiene algunas fechas fijas y otras variables. Las elecciones al
Parlamento Europeo se celebrarán obligatoriamente entre el 5 y el 8 de junio de
2014. De la misma manera, las elecciones Municipales, y Autonómicas en la
mayoría de las comunidades, se celebrarán en la segunda quincena de mayo de
2015. Y, por último, las elecciones Generales se celebrarían en el otoño de ese
mismo año, salvo que, ante una eventual mejoría de la situación económica, don
Mariano Rajoy no decida adelantarlas.
A la vista de este “panorama” electoral, mi opinión
es que de ninguna manera podemos permitirnos el lujo de esperar ni un día más
para ponernos a actuar en serio y en profundidad para resolver los dos
problemas que antes he expuesto: el programa y las personas.
Así pues, en mi humilde opinión de militante del
PSOE desde hace más de 35 años, la Comisión
Ejecutiva Federal debería dimitir inmediatamente y nombrarse una Comisión Gestora que organizara, antes
del mes de mayo de este año que empieza, la celebración de un Congreso Federal Extraordinario (dejémonos
de conferencias y pamplinas que todos sabemos cómo se cocinan) en el que
deberíamos revisar y modificar en profundidad nuestras formas y procedimientos:
elección de delegados a los congresos; composición y funciones de nuestros
comités; apertura de nuestros debates a la sociedad; participación de los
simpatizantes en la toma de decisiones; elección por todos los militantes de
los secretarios generales en todos los niveles territoriales; lección mediante
primarias abiertas a los simpatizantes de los candidatos a alcaldes
(condicionado por el tamaño del municipio), presidentes de comunidades
autónomas y presidente de gobierno; etc. El primer punto del orden del día de
este congreso debería ser el debate y aprobación del procedimiento para elegir
al nuevo secretario general, que yo defiendo debería ser por elección directa
de todos los afiliados.
La nueva dirección debería convocar de forma
inmediata las elecciones primarias,
abiertas a los simpatizantes, para la designación de nuestro candidato a la
Presidencia del Gobierno. Paralelamente se producirían los congresos de los
distintos niveles territoriales, para que antes de finalizar el año 2013 ambos
asuntos estuvieran resueltos.
Con una nueva dirección, y con el candidato a las
próximas generales ya decidido, el año 2014 debería ser el de la renovación de
nuestra oferta programática. Un nuevo Congreso, precedido de un amplio debate
abierto a la sociedad -¿recordáis el Programa 2000?- debería conseguir que
fuéramos capaces de ilusionar de nuevo a todos esos ciudadanos que ahora mismo
se encuentran sin nadie a quién votar para frenar esta deriva neoliberal a la
que el PP nos lleva de forma parece ser
que irremediable.
Todas estas actuaciones implicarían la movilización
total y absoluta de nuestro Partido y de sus afiliados y simpatizante, con lo
que podríamos conseguir el protagonismo social y político que hemos perdido y
que tan necesario y urgente es recuperar, y nos situaría frente a las
Elecciones al Parlamento Europeo en una situación de movilización total, con
nuevas ideas y con nuevas personas encargadas de comunicarlas y explicarlas a
los ciudadanos.
Epílogo
Supongo que no me va a hacer caso nadie de los
dirigentes de MI PARTIDO, pero al
menos digo lo que pienso y me quedo tan a gusto.
Post scriptum.-
Según el barómetro de Metroscopia sobre la valoración de 37 instituciones
españolas que publica hoy mismo EL PAÍS, los partidos políticos y los políticos
ocupan los dos último lugares. Espero que alguien reaccione o la situación
puede derivar hacia el populismo y el fascismo.
Juan Ramón, muchas grracias por tu esfuerzo de análisis de coyuntura y de propuesta estratégica. Estoy de acuerdo con esta hoja de ruta, la difundo en grupos secretos de socialistas
ResponderEliminarSiento, amigo Lagu, que caerán en saco roto tus recomendaciones. No sé que catarsis es necesaria en el PSOE para que recupere la credibilidad.
ResponderEliminarUn abrazio.
Gracias por tu HOJA DE RUTA, sabes lo que pienso al respecto. Vamos a convertirla en ariete contra el "aparato". Te mereces la lucidez con que enfrentas la vida. Un abrazo
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