Aunque como es lógico, he seguido
con atención y preocupación el debate que durante estos últimos meses han
mantenido los socios del gobierno de coalición, PSOE y UP, con motivo de la
supuesta modificación de la conocida como “ley del sí es sí”, ha sido tras escuchar el debate que se produjo
en el Congreso de los Diputados el pasado 7 de marzo, cuando me he decidido a
hacer algunas consideraciones al respecto, pues da la sensación de que algunos
y algunas, no sé si por desconocimiento o por mala fe, intentan liar al
personal y por desgracia, en muchos casos, lo consiguen. Antes de entrar en
ellas, creo que es necesario dejar claras al menos tres cuestiones:
Primera. El actual gobierno de
España está integrado por una coalición de dos formaciones políticas que
obtuvieron el apoyo parlamentario suficiente para formarlo. Por lo tanto es
normal que tengan posturas diferentes sobre muchos temas, sin que esto tenga
que implicar la ruptura del pacto de gobierno.
Segunda. Lo que se debatió y
aprobó en el Congreso el pasado 7 de
marzo fue, según se puede comprobar en el Orden del Día fue la toma en consideración de una
Proposición de Ley Orgánica del Grupo Parlamentario Socialista, para la
modificación de la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal
(LOCP), en los delitos contra la libertad sexual; de la Ley de Enjuiciamiento
Criminal (LEC), y de la Ley Orgánica 5/2000, de 12 de enero, reguladora de la
Responsabilidad Penal de los Menores (LORPM). En ningún caso la “aprobación de
la ley”, como interesadamente nos han querido hacer creer políticos de todo
signo y muchos medios de comunicación, pues la citada ley tendrá ahora que
iniciar su debate y tramitación parlamentaria en el Congreso, durante el cual
se podrá discutir, enmendar y pactar lo que sea necesario para su definitiva
aprobación.
Tercera. La llamada Ley del Sí es
Sí, se denomina realmente Ley Orgánica 10/2022, de 6 de septiembre, de Garantía
Integral de la Libertad Sexual (LOGILS), tal y como está publicada en el B.O.E.
de fecha 7 de septiembre de 2022. (https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-2022-14630&p=20220907&tn=1#pr)
Si fuéramos capaces de leer y no
creernos todo lo que nos cuentan sin pestañear, tendríamos claro que el texto
de la llamada “Ley del Sí es Sí” no sufre alteración alguna porque la misma no
es objeto de modificación, sino que lo que se modifican son algunos artículos
de la LEC, del Código Penal y de la LORPM, elevando las penas de los delitos
que se ven afectados por la Ley 10/2022. Difícilmente por tanto se puede
afirmar que “se saca de la ley el consentimiento”, ya que, insisto, la LOGILS
no se modifica, por lo que la literalidad de su contenido, desde el preámbulo,
pasando por sus 61 artículos, sus 5 disposiciones adicionales, su disposición
transitoria única y sus 25 disposiciones finales, así como el espíritu que la
inspira, seguirán vigentes.
En este debate, como en otros
muchos en los que actualmente nos meten, se echa en falta la información veraz,
por lo que me parece muy conveniente para hablar sabiendo de lo que hablamos,
ir a los documentos verdaderos, y no a lo que nos cuentan. Vayamos pues a lo
que dice la proposición de ley que inicia su tramitación parlamentaria, tras la
votación del pasado 7 de marzo en el Congreso de los Diputados.
La proposición de ley es corta,
solamente tiene siete páginas, así que recomiendo su lectura íntegra en este enlace:
https://www.congreso.es/public_oficiales/L14/CONG/BOCG/B/BOCG-14-B-318-1.PDF.
No obstante voy a recoger íntegramente los dos primeros párrafos de su exposición
de motivos:
“La Ley Orgánica 10/2002, de 6 de
septiembre, de Garantía Integral de Libertad Sexual, ha dado una nueva
regulación a los delitos contra la libertad sexual, para unificar los
anteriores tipos de abuso y agresión sexual en un solo tipo, el de agresión
sexual, que comprende cualquier acto que atente contra la libertad sexual de
otra persona sin su consentimiento, el cual se define en los siguientes
términos: «Solo se entenderá que hay
consentimiento cuando se haya manifestado libremente mediante actos que, en atención
a las circunstancias del caso, expresen de manera clara la voluntad de la
persona» (artículo 178.1 del Código Penal).
Respetando
este modelo, es importante blindar la ley en favor de las víctimas y evitar el
efecto no deseado de una posible aplicación de las penas mínimas de los nuevos marcos penales, que son más amplios,
para que en casos graves no exista la posibilidad de que se impongan penas
bajas, pero sin afectar al corazón de
la norma, ya que se mantiene la íntegra definición del consentimiento y, por
tanto, la esencia de la regulación de los delitos contra la libertad sexual.”
(Los subrayados son míos)
Resumiendo, dado que el
“consentimiento expreso” quedó recogido en el artículo 178.1 del Código Penal
tras la aprobación de la Ley del Sí es Sí, y que en la proposición de ley que
se va a debatir no se propone la modificación de dicho artículo, es evidente
que “no se saca de la ley el
consentimiento”, al contrario de lo que nos quieren hacer creer
interesadamente.
Tiene que quedar meridianamente
claro que con la proposición de ley de reforma de la ley del Sólo el sí es sí,
no se está traicionando a las mujeres, sino todo lo contrario. Los mensajes de
que con esta ley “el PSOE traiciona a las mujeres”, o que “se vuelve al Código
Penal de la manada”, son absolutamente falsos además de injustos, y solo se
entienden desde la crispación y los
nervios ante las próximas citas electorales, o desde la mala fe y el
interés de enfangar aún más la vida política de este país.
No ha habido ni un solo avance en
materia de derechos fundamentales en general, y de derechos derivados del
principio de igualdad particularmente, de los que no haya sido protagonista el
PSOE, en solitario o como fuerza política determinante para conseguirlos. Y
cuando digo ninguno, es ninguno. Desde el divorcio a la ley trans, pasando por
la despenalización del aborto, la ley del matrimonio igualitario, o la ley
contra la violencia de género, todas han sido posibles gracias al impulso y
apoyo del PSOE.
Hay que ser muy miserable para acusar
al PSOE de traicionar a las mujeres, sabiendo perfectamente que no es verdad.
Así que ojo a lo que nos quieren vender.
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